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Mindfulness 101

padres y sus dos hijos en un picnic

Puntos clave:
1. El estado emocional de los padres afecta a los niños, quienes absorben emociones desde temprana edad.
2. Practicar mindfulness mejora la conciencia del momento presente, reduciendo el estrés y mejorando el bienestar.
3. Mindfulness no es solo meditación; se trata de estar presente y observar los pensamientos sin juicio.
4. Los beneficios de mindfulness incluyen mayor enfoque, mejores relaciones, menos estrés y más emociones positivas.

Como padres siempre tratamos de darle lo mejor a nuestros hijos porque queremos que sean felices y desarrollen todo su potencial. Pero ¿qué pasa cuando nosotros no vivimos nuestras vidas al máximo? Cuando nos estresamos, nos preocupamos o vamos a las carreras estamos dándole ese ejemplo a nuestros hijos. Los niños son como esponjas y comienzan a percibir emociones desde que están en el vientre de la madre. Esto significa que son aún más sensibles a lo que los rodea una vez que nacen. Así que ¿cómo podemos mejorar como personas y transmitírselo a nuestros pequeños? Sigue leyendo para aprender más.

¿Alguna vez has regresado del trabajo y no recuerdas qué es lo que viste en el camino? ¿Has salido de casa y no recuerdas si cerraste la puerta con seguro?

Vivimos a base de rutinas, tanto en casa como en el trabajo, y hacemos las cosas de tal forma que no prestamos atención a lo que hacemos. ¿Podemos llamarle hora de la comida cuando estamos pensando en los pendientes que tenemos o estamos contestando mensajes y correos en nuestro teléfono?

Los seres humanos tenemos la capacidad de pensar en el pasado, el presente y el futuro. Esto es un verdadero logro, pero nuestra mente suele concentrarse en la junta de la semana pasada, en lo que haremos las próximas vacaciones o en lo que debemos comprar en el supermercado. Los pensamientos más recurrentes son aquellos que giran en torno al pasado o se preocupan por el futuro. Así que, ¿qué pasa con el presente?

¿Le has puesto atención a la habitación en la que te encuentras? ¿Cuál es la temperatura? ¿A qué huele? ¿Cómo se siente tu cuerpo? ¿Estás relajada? ¿Sientes alguna molestia? ¿Tienes hambre? Todos estos pensamientos, sensaciones y estímulos suceden en el presente. Al vivirlo, estás practicando “mindfulness”, es decir, estar consciente del aquí y el ahora.

Muchos piensan que el mindfulness solo puede practicarse a través de la meditación. Si partimos de ese punto de vista y consideramos que nuestra vida está llena de pendientes y actividades, es probable que pensemos que no tenemos tiempo para meditar. Sin embargo, eso no es cierto. Meditar es una forma de practicar mindfulness, pero no es la única. La meta de este es que te hagas más consciente de tu entorno y de lo que está sucediendo en ese momento. Así que comienza a practicar eso durante el día y poco a poco aspira a convertirlo en tu nueva forma de pensar. Haciendo esto podrás analizar tus pensamientos sin prejuicios y aceptar lo que te sucede en cada momento.

Muchos institutos nacionales de salud y universidades, incluida Harvard, han demostrado que practicar mindfulness nos ayuda a sentirnos más satisfechos y felices con nuestras vidas. Y al estar bien con nosotros mismos y felices con lo que somos, podemos transmitir eso a las personas que nos rodean.

Los expertos en mindfulness dicen que:

  • Estimula los procesos neuronales de las funciones ejecutivas.
  • Mejora la relación con uno mismo y con los demás.
  • Aumenta la concentración, creatividad y los pensamientos claros.
  • Aumenta las emociones positivas.
  • Reduce el estrés.
  • Ayuda a dormir y descansar mejor.
  • Reduce los dolores musculares.
  • Reduce la ansiedad, las preocupaciones y el miedo.
  • Aumenta la flexibilidad mental.

Como padres, practicar mindfulness mejorará la relación con nuestra pareja y nuestros hijos. Además, podremos inculcarles esta filosofía para que vivan una vida más consciente y feliz.

¿Cómo podemos comenzar a practicar el mindfulness?

La forma más sencilla es entrar en contacto con nuestros sentidos. Piensa en las actividades que llevas a cabo cada día y concéntrate en tus sentidos cuando las estés realizando. Hazte consciente de ellos.

Sugerencias:

  • Cepillarse los dientes. ¿A qué sabe la pasta de dientes?
  • Desayuno. ¿Cuántos colores ves en el plato?
  • Manejar al trabajo. ¿Qué sonidos se oyen en la calle?
  • Bañarse. ¿Cómo se siente el jabón entre las manos?
  • Lavar la ropa. ¿A qué huele?

Estos son algunos ejemplos de actividades cotidianas en las que puedes practicar el mindfulness. Las puedes llevar a cabo a solas o con tus hijos. ¡Conviértelo en un juego! Vean quién encuentra más colores en su comida, escuchen qué clase de animales hacen ruido en la calle y miren los colores del atardecer.

Un padre que viva en el aquí y ahora estará más consciente de sí mismo y más sincronizado con sus hijos. ¿En qué otras actividades cotidianas podrías comenzar a practicar el mindfulness? ¿Qué haces con tus hijos y que podría ser una buena oportunidad para concentrarse en el aquí y ahora?

Los niños que practican mindfulness:

  • Ponen más atención y se concentran más.
  • Suelen estar más tranquilos y sufren menos ansiedad.
  • Son más empáticos y comprenden mejor a los demás.
  • Tienen estrategias para lidiar con emociones y son mejores resolviendo problemas.

¡Olvídate de hacer las cosas en automático y comienza a hacerte más consciente de lo que haces!

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