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Mi hijo se cae mucho al caminar

mi hijo se cae mucho al caminar

Si la frase “mi hijo se cae mucho al caminar” forma parte de tu rutina, en este artículo descubrirás cuáles son las etapas de desarrollo de esta destreza tan importante y determinante en la vida de los niños.

Ver cómo los pequeños corretean por toda la casa al jugar es una sensación de emociones encontradas: por un lado, genera alegría verlos explorar y divertirse; pero por otro surge la preocupación sustentada en una razón: las caídas. Y es que, como padres, el deber es permanecer siempre atentos y pendientes de cualquier mal paso que implique un aterrizaje demasiado aparatoso en el suelo, que pueda causarles algún tipo de daño, pues, aunque es completamente normal caerse, las dudas comienzan a surgir cuando la frecuencia aumenta, por lo que muchos se preguntan… ¿Mi hijo se cae mucho al caminar?

Saber por qué las caídas de los niños aumentan considerablemente es clave para identificar cualquier problema que podría estar presentándose en su desarrollo. Entonces, si has exclamado con seguridad la frase ‘mi hijo se cae mucho al caminar’, es importante trazar límites que te ayuden a determinar hasta qué punto es normal y cuáles son las señales de que se trata de algo más.

Lo primero que debes saber al respecto es que esa torpeza que provoca las caídas constantes del niño o niña sucede porque forma parte de las etapas de aprendizaje al caminar, que los pequeños transitarán durante su desarrollo físico y cognitivo hasta dominarlas por completo.

Si te has preguntado ¿por qué mi hijo se cae tanto al caminar?, en estas líneas exploramos los motivos y las edades en las que es normal que acontezca.

¿A qué edad es normal que los niños se tropiecen y caigan al caminar?

Las primeras pisaditas de los bebés acontecen aproximadamente en los primeros 12 meses de vida, es decir, en las vísperas de su primer año. A partir de entonces, los próximos tres meses, verás como su andar se caracterizará por ser bastante impreciso, desprolijo y aparatoso, como es completamente normal que suceda.

Si consideras que tu caso presenta características específicas, puedes despejar tus dudas accediendo a las recomendaciones de nuestros expertos en desarrollo infantil. Al descargar gratis la app de Kinedu tendrás acceso ilimitado a ellas.

En general, los niños en la primera etapa de aprendizaje al caminar lo harán con los pies demasiado abiertos, mucho más que cuando ya dominen la técnica, y se desplazarán con sus brazos extendidos, similar a un juego de movimientos como un avioncito. Darán cada paso inseguros sobre en qué momento dar el otro para avanzar.

Esto no es casual, su cuerpo carece de balance, por lo que de manera instintiva utilizan sus extremidades para sentirse un poco más seguros de realizar la tarea, y al mismo tiempo aumentar sus probabilidades de alcanzar la meta con éxito.

Todo comienza luego del primer año, entre los 13 y 15 meses de vida. Verás cómo tu niño repentinamente se arma de coraje y empieza a subir la apuesta, mostrándose más atrevido al caminar y corretear por toda la casa sin tu ayuda, y sin medir mucho las posibles consecuencias.

Es aquí cuando los padres comienzan a afirmar “mi hijo se cae mucho al caminar”, aunque a sabiendas de que se trata de una fase de crecimiento y desarrollo inevitable. No hay que olvidar un dato muy importante: cuando los niños aprenden a caminar, están alcanzando quizá el hito de desarrollo físico más importante de sus vidas hasta el momento, ya que representa el paso final desde que aprendieron a controlar el peso de su cabeza, a sentarse y a levantarse del suelo.

Por lo que dar sus primeros pasos es un logro reconfortante, ya que marca un antes y un después en sus niveles de independencia, debido a que adquieren una habilidad que pueden hacer por sí solos, sin la ayuda de un adulto. Caminar les abre un mundo de posibilidades para explorar su entorno.

¿Cuándo debería un niño dejar de caerse al caminar?

Muchos padres se preguntan cuándo debería un niño dejar de caerse al caminar, o hasta qué edades es normal que se mantengan las caídas y el tambaleo.

Normalmente, los niños completan su fase de aprender a caminar entre los 3 y cuatro años de vida, es decir, a partir de los dos primeros años de práctica desde el instante en el que comienzan a dar sus primeros pasos.

Durante los primeros 6 meses caminando, dejarán atrás el tambaleo de sus brazos, evitando apoyarlos al frente para mantener el equilibrio como antes, porque dejarán de necesitarlo progresivamente. En esta fase es cuando comienzan también a juntar sus pies, reduciendo considerablemente el rango de separación que les caracterizaba al dar sus primeros pasos.

Las caídas son completamente normales en este punto, aunque luego de los 6 meses de haber aprendido, lo normal es que se presenten de manera regular, no tan frecuentes como al principio.

Entre los meses 7 y 12 de aprendizaje al caminar, es decir, hasta el primer año de haber adquirido la habilidad, el niño o niña aumentará su confianza considerablemente, por lo que se propondrá nuevos desafíos, como arrastrar y cargar juguetes de un lugar a otro, e incluso probar subir algunas escaleras, si es que las hay en casa.

Luego, durante el principio y el final de su segundo año caminando, se sumarán otras habilidades más complejas, como saltar, correr o chutar una pelota.

Como puedes ver, es algo que les toma cierto tiempo y dedicación hasta que puedan llegar al máximo dominio de la habilidad. Lo cierto es que los niños perfeccionarán progresivamente su técnica de caminar durante estas etapas, por lo que, entre el primer y segundo año de dominio de la técnica, las caídas y los tropiezos en sus desplazamientos debería mermar considerablemente.

¿Cuáles podrían ser las razones por las que un niño que ya domina la destreza se cae al caminar?

Las razones por las que un niño que ya domina la destreza se cae al caminar pueden deberse a distintos problemas de salud que podrían estar presentándose, a lo que los papás deben estar siempre muy atentos.

En los casos en que las caídas, la torpeza y la imprecisión en los movimientos y desplazamientos de los niños continúen presentándose, aún después de que dominen la destreza de caminar, puede deberse a cuadros de artritis juvenil, una enfermedad bastante común que puede presentarse en niños a partir de los dos años y afecta a un gran porcentaje de ellos.

Específicamente la artritis juvenil genera hinchazón y dolor en las articulaciones, que a la vez impiden al niño mover sus músculos con flexibilidad, ocasionando como resultado la torpeza en los movimientos.

Pero cuando los síntomas del pequeño o pequeña se tornan más severos y los padres identifican que las caídas son demasiado constantes, y las imprecisiones en los movimientos se evidencian hasta en las acciones más simples, entonces puede tratarse de dispraxia, un trastorno del desarrollo que impide a los niños coordinar con éxito sus movimientos, como sentarse, levantarse, caminar o correr.

Por otra parte, si la frase ‘mi hijo se cae mucho al caminar’ sigue vigente luego de los 3 años de edad, existe la posibilidad de que se deba a un trastorno del equilibrio, que afecta el balance de los pequeños al hacerlos sentir inestables, con vértigo o mareos, y traería como consecuencia las caídas y tropiezos constantes.

Si durante tus supervisiones notas que estos síntomas se presentan en tu hijo o hija, es importante que acudas a un pediatra o a un médico especializado, ya que solo de esta forma podrás obtener un diagnóstico certero, preciso y confiable. En la mayoría de los casos, aprender a caminar puede llevarle a algunos niños más tiempo que a otros, y ello no implica necesariamente la existencia de una enfermedad o un trastorno.

¿Cómo podemos ayudar a nuestros niños a mejorar su desarrollo de caminata?

El mejor medio para ayudar a nuestros niños a mejorar su desarrollo de caminata es incentivarlos a realizar ejercicios de práctica que les permitan adquirir la habilidad apropiadamente. Esto incluye juegos didácticos de estimulación física, como los típicos del jardín de infancia, caminatas asistidas por los adultos y juegos experimentales sin reglas, en los que se sientan libres de andar -siempre bajo la supervisión de los papás-.

También cualquier tipo de actividad con la que puedan poner en acción sus manos, como pintar o dibujar, hacer figuras de plastilina y mover juguetes. Siempre que sus extremidades y articulaciones estén activas, favorecerá el desarrollo de su caminata.Para más consejos, te recomendamos descargar gratis la app de Kinedu, en la que hallarás un sinfín de tips y guías elaboradas por nuestros expertos en desarrollo infantil, incluyendo todas las etapas de crecimiento.

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