La intolerancia a la lactosa en bebés aparece cuando el organismo no produce las enzimas necesarias para digerir las azúcares compuestas en los lácteos. Conoce cómo tratarla e identificarla.
La intolerancia a la lactosa en bebés es uno de los problemas más difíciles de identificar en los primeros meses de vida de los pequeños. Es por eso que uno de los objetivos de la paternidad es saber cuándo se está presentando y cómo tratarla, para ayudarles a sobrellevar cualquier dificultad que puedan desarrollar en el futuro.
Si se sospecha que las señales de molestia pueden deberse a algún tipo de intolerancia a la lactosa, el primer paso a dar es precisar cuáles son los síntomas, para poder elaborar un diagnóstico previo que te conduzca al tratamiento apropiado.
Otro elemento importante a considerar es que, en muchas ocasiones, este problema suele confundirse con otros cuadros, como la alergia a los lácteos, un problema que, aunque posee similitudes, termina siendo completamente diferente en tanto en su diagnóstico como en su tratamiento.
¿Quieres resolver tus dudas? En este artículo aclararemos las preguntas más frecuentes sobre la intolerancia a la lactosa en bebés, para que puedas actuar en función del problema.
¿Qué es la intolerancia a la lactosa en bebés?
La intolerancia a la lactosa en bebés aparece cuando el organismo es incapaz de digerir la lactosa, el azúcar de la que se componen lácteos como la leche, el yogur y el queso, entre muchos otros alimentos que comúnmente consumen los pequeños.
Para que el proceso de digestión de la lactosa pueda darse de manera exitosa, se necesita que el cuerpo produzca naturalmente la cantidad necesaria de lactasa, una enzima que se aloja en el intestino delgado para cumplir la función de quebrar la combinación entre glucosa y galactosa, ambas azúcares.
Cuando este proceso no se cumple naturalmente, se presentan los síntomas de intolerancia a la lactosa en bebés.
Síntomas de intolerancia a la lactosa
Los principales síntomas de intolerancia a la lactosa en bebés pueden determinarse cuando el niño manifiesta tener dolor de estómago, hinchazón en la zona abdominal o si denota dificultad para aumentar de peso naturalmente.
También es común que presenten diarrea con popó aguado y espumoso, exceso de gases, dolor al momento de sus deposiciones –que expresan generalmente con llanto- y alergia o sarpullido en la zona del recto, debido a la irritabilidad causada por la diarrea.
Si tu bebé tiene alguno o varios de estos síntomas, es muy probable que esté sufriendo de intolerancia a la lactosa, por lo que lo recomendable es llevarlo a tu pediatra de confianza para un análisis rutinario.
¿Cómo saber si mi bebé es intolerante a la lactosa?
Cuando se tienen dudas sobre si un bebé es intolerante a la lactosa, algunas de las preguntas que invaden el pensamiento de las mamás son: ¿debo parar de amamantarlo? ¿Le está causando daño el consumo de leche materna?
En general, lo recomendable es continuar amamantándolo, pues, aunque es posible que los bebés más pequeños, en sus primeros meses de vida, aún no hayan producido suficientes enzimas de lactasa para abrazar el proceso digestivo de la lactosa apropiadamente, sí la desarrollarán progresivamente y de forma natural a medida que vayan creciendo.
Incluso existen muchos casos en cierta medida asintomáticos, de bebés que presentan pocos o ninguno de los síntomas que te explicamos anteriormente, pero que de igual forma están sufriendo de intolerancia a la lactosa.
De cualquier forma, aunque parezca lo contrario, lo cierto es que la lactosa es saludable y necesaria para el desarrollo de tu hijo o hija. Posee grandes beneficios nutricionales, sobre todo la proveniente de la leche materna.
Por otra parte, si notas que tu bebé se muestra muy incómodo al momento de amamantarse, o comienzas a ver señales claras de desnutrición o de imposibilidad para aumentar de peso, lo mejor es llevarlo cuanto antes a un pediatra para obtener un diagnóstico confiable y su respectivo tratamiento.
¿Cómo tratar la intolerancia a la lactosa en bebés?
El tratamiento de la intolerancia a la lactosa depende esencialmente de las causas que hayan generado el problema digestivo en el bebé. Algunas de las causas más comunes son alactasia, que se manifiesta cuando el organismo no produce lactasa y es, en la mayoría de los casos, de procedencia genética.
También hipolactasia, que se da cuando el bebé produce las enzimas, pero de manera insuficiente debido a que su intestino aún no se ha formado por completo, motivo por el que aparece en los primeros 33 meses de vida del pequeño o pequeña.
Algunos tratamientos indican reducir un poco la frecuencia del amamantamiento, o detenerlo por un periodo determinado, que no suele ser superior a las cuatro semanas, pero esto dependerá del caso específico del bebé. Lo mismo aplica para los que se alimentan con fórmula.
En el caso de los que tienen más edad, que ya comen alimentos sólidos, también podría recomendarse la eliminación temporal de los lácteos, hasta que los síntomas desaparezcan y se note que han recuperado su salud a un nivel óptimo.
Acudir a tu pediatra o a una consulta médica con un dietista infantil son las mejores acciones que puedes tomar para tratar la intolerancia a la lactosa en bebés. Considera hacerlo antes de tomar cualquier decisión, pues el primer paso es descartar si se trata de otro tipo de problema, como alergia a la leche.
Otro escenario que pasa con frecuencia es la intolerancia a la lactosa temporal, que se manifiesta comúnmente luego que el pequeño ha superado una infección viral, o cualquier enfermedad que genere inflamación en el intestino.
Existen muchos productos de consumo infantil que contienen lactosa, así que es importante estar siempre atento a la etiqueta de los alimentos, en caso que el pediatra haya recomendado la eliminación temporal de los lácteos en su dieta.Entre tanto, en la app de Kinedu podrás encontrar la guía de nuestros expertos en nutrición y desarrollo infantil. ¡Descárgala gratis y despeja todas tus dudas!