Puntos clave:
- El artículo enfatiza la importancia de la hora del baño como una transición relajante y calmante del día a la hora de acostarse, y sugiere establecer un horario regular para ello cada día.
- Ofrece consejos para elegir un lugar seguro y cómodo para bañar a un bebé.
- El artículo proporciona una guía paso a paso para bañar a un bebé, enfatizando la importancia de ser cuidadoso y evitar el uso de jabón cuando no sea necesario.
- Recuerda a los padres que nunca dejen a su bebé desatendido durante la hora del baño y que sigan las instrucciones de su médico, especialmente si el bebé ha sido circuncidado recientemente.
La hora del baño es excelente para hacer la transición del día a la noche. Bañar a tu hijo en el mismo horario cada día le ayudará a saber que pronto será hora de dormir. De la misma forma, el baño debe ser un momento tranquilo, agradable y relajante, para así marcar la pauta de desacelerar las actividades del día y prepararse para dormir. A continuación, te enlistamos los pasos a seguir para tener un baño exitoso con tu bebé:
• Elige un lugar para bañar a tu bebé. Puede ser en el fregadero de la cocina, el lavabo del baño o dentro de una bañera portátil colocada sobre una superficie plana y segura. Lo mejor es elegir un lugar que te permita estar en una posición cómoda y a la altura de tu pequeño, para así brindarle mayor seguridad. Si eliges el fregadero, asegúrate de que sea lo suficientemente amplio para no lastimar a tu bebé. También, cerciórate de que esté limpio para evitar contaminar o irritar la piel de tu bebé.
• Vierte agua en la bañera portátil o fregadero hasta alcanzar los 5 centímetros de profundidad. El agua debe estar tibia o a una temperatura agradable. Revisa la temperatura utilizando tu codo. Es muy importante que el agua no esté muy caliente para que no queme la piel de tu bebé.
• En tanto el agua esté lista, prepara los materiales que vas a necesitar y tenlos cerca de ti:
- Jabón para bebé no perfumado
- Recipiente para verter agua
- Paño delicado
- Toalla con capucha
- Pañal nuevo y ropa limpia
• Desviste a tu bebé y, si es necesario, limpia sus nalguitas para no ensuciar el agua.
• Coloca a tu pequeño en el agua poco a poco comenzando por los pies. Mientras lo haces, dale palabras de apoyo y amor ya que el repentino cambio de ambiente puede asustarlo o sorprenderlo y tu tranquilidad le ayudarán a calmarse.
• Recuerda que hay que sostener muy bien a tu bebé, ya que puede estremecerse un poco al tocar el agua. Utiliza una mano para detener su cuello y cabeza, y la otra mano para meter su cuerpo al agua.
• Procura que la mayor parte de su cuerpo esté fuera del agua. Para que no le dé frío, utiliza un recipiente para mojarlo constantemente.
• Toma el paño delicado con la mano que no estás utilizando para sostener su cabeza y limpia su cara. No siempre es necesario utilizar jabón; solo asegúrate de pasar el paño delicado por toda la cara. Luego, masajea su cabecita cuidando que no entre agua en sus oídos. A la hora de enjuagarlo, acomoda tu mano sobre su frente para prevenir que el agua entre a los ojos, nariz y boca de tu bebé.
• Continúa limpiando el resto de su cuerpo. Comienza con la parte de enfrente y luego levántalo un poco, sosteniéndolo contra tu brazo, para continuar lavando su espalda y nalguitas.
• Cuando llegues al área genital, limpia muy bien sin usar jabón. En el caso de las niñas, limpia entre pliegues y enjuaga muy bien la vulva. Para el caso de los niños, limpia muy bien su pene y escroto, cuidando no llevar el prepucio (piel en la punta del pene) hacia atrás. Recuerda no remojar a tu bebé si fue circuncidado y aún no sana por completo. En dichos casos, sigue las instrucciones que te dio tu pediatra.
• Al terminar el baño, saca a tu bebé con cuidado y envuélvelo en una toalla suave. Llévalo a una superficie cómoda para secarlo completamente, dando palmadas suaves con la toalla. Al terminar, ponle un pañal y ropa limpia.
Recuerda: nunca dejes a tu bebé sin supervisión, ¡los accidentes pueden ocurrir en un abrir y cerrar de ojos!
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