Cuando los pequeños nacen no tienen noción sobre el día y la noche, sino que se guían por su hambre, su reloj biológico y lo que ocurre a su alrededor. Ante esto, establecer una rutina con un bebé es muy beneficioso tanto para los niños, como para sus padres. Por ejemplo, les da la oportunidad de establecer horarios en los que puedan decir: ¡es momento de que mi bebé y yo pasemos tiempo juntos!
Seguramente te preguntarás cuándo puedes comenzar a establecer horarios con tu bebé. Aunque existen muchas perspectivas diferentes sobre este tema, suele ser más sencillo empezar entre los 2 y los 4 meses; sin embargo, es posible empezar antes.
¿Te gustaría conocer algunos consejos para crear una rutina con tu bebé? A continuación te hablaremos sobre esto.
1. Haz un registro de los horarios de tu bebé – rutina con un bebé
Para que te sea más sencillo entender los tiempos naturales de tu pequeño, puedes empezar por tomar nota de los horarios en los que suele dormir y comer. Esto te ayudará a identificar patrones para crear una rutina acorde a sus necesidades.
Es posible que en ocasiones tu hijo te pida descanso o alimento en horas distintas a las que normalmente tiene, ¡no te preocupes! Sobre todo en los primeros meses, es recomendable priorizar lo que tu bebé te pide y no apegarte tanto a los horarios. Poco a poco tu pequeño aprenderá a asociar el tiempo con sus actividades.
2. Dale un baño a tu hijo antes de dormir
Para que los pequeños tengan una mejor compresión de su entorno, es de gran ayuda contar con patrones que les permitan predecir los eventos del día.
Bañar a tu hijo por la noche (evitando hacerlo justo después de cenar) y después acostarlo en su cuna para que duerma, es una excelente manera de enseñarle a diferenciar el día de la noche. Eso sí, la mayoría de los pequeños necesitan un poco de ayuda para conciliar el sueño, ya sea con leche, un abrazo o incluso música de cuna.
Si eres constante con tus acciones y tienes paciencia, en poco tiempo verás resultados y podrás decir: ¡mi bebé y yo ya tenemos una rutina!
3. Adapta los tiempos a las necesidades de tu pequeño
Al nacer, la mayoría de los niños duermen entre 16 y 17 horas diarias y comen entre 8 y 12 veces al día. Sin embargo, conforme crecen sus necesidades cambian. Por eso, al momento de establecer una rutina, es conveniente que los horarios se adapten al crecimiento de tu pequeño. Lo más importante es que, aunque los tiempos cambien, exista un ritual que le permita saber a tu hijo qué vendrá después.
Crear una rutina con tu pequeño lo hará sentir más seguro y en control de lo que pasa a su alrededor, además de que le ayudará con las transiciones entre actividades, algo que suele ser difícil para los niños al crecer.
¿Tienes alguna inquietud sobre lo que hablamos en este texto o quieres compartirnos que ya lograste decir: «¡mi bebé y yo establecimos nuestra rutina!»? Escríbenos en la sección de comentarios.