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Cómo ayudar a tu hijo con la pronunciación – Parte 2

madre enseñándole a pronunciar sonidos a su bebé

Puntos clave:
1. El desarrollo de la pronunciación de las consonantes es crucial para el habla y el éxito académico.
2. Las consonantes alveolares (t, d, n) son algunas de las primeras que los niños dominan; la práctica ayuda con los movimientos de la lengua.
3. Las consonantes bilabiales (p, b, m) involucran movimientos de labios; «b» hace vibrar las cuerdas vocales, a diferencia de «p».
4. Otras consonantes como «y» (palatal) y «k» o «g» (velar) se desarrollan más tarde; la práctica y la exposición al lenguaje son clave.

En la primera parte de este artículo nos referimos brevemente al proceso de la pronunciación. Ahora, queremos explicarte más a detalle las consonantes más comunes que comienzan a trabajarse entre los 18 y 36 meses de edad.

Alrededor de los 19 meses, tu hijo tal vez comience a pronunciar palabras que empiecen con “m”, luego continuará con palabras con “p” y así sucesivamente. Analicemos un poco el tipo de articulación que representa cada una de estas consonantes. Sigue leyendo para aprender más.

Consonantes alveolares: t, d & n

Estas serán de las primeras consonantes que pronuncie tu pequeño. En las consonantes alveolares, la punta de la lengua se aproxima o toca el puente que está inmediatamente detrás de los dientes superiores, conocido como puente alveolar. Tu pequeño debe levantar la lengua y tocar la parte dura del paladar, pero sin tocar los dientes.

Para ayudarle a mejorar su pronunciación de la “t” y “d”, haz que practique el movimiento para fortalecer su lengua mientras pronuncia cada letra. Asegúrate de que comprenda que debe poner la lengua detrás de los dientes. Algunos científicos establecen que este ejercicio no es tan eficiente si no se están emitiendo sonidos del habla.

La diferencia en la pronunciación de la “t” y la “d” radica en la vibración de las cuerdas vocales. Para que tu hijo comprenda la diferencia, pídele que coloque su mano sobre su garganta y que trate de reconocer la diferencia entre la pronunciación de la “d” y de la “t”. Si aún no puede pronunciar estas letras, no te preocupes. Puedes hacer que practique el ejercicio tocándote la garganta mientras hablas. ¡Será difícil no reír!

También pueden tratar de cambiar los sonidos iniciales de las palabras. Dile a tu hijo una palabra y pídele que cambie la letra con la que empieza. Por ejemplo, pídele que pronuncie “dado”, repítelo varias veces para asegurarte de que lo dice bien, y luego dile que cambie la “d” por “t”. Con esto, practicará su pronunciación, mientras trabaja su conciencia fonémica y pasan tiempo de calidad juntos. También pueden practicar secuencias básicas de balbuceo como “da-da-da” mientras hacen movimientos amplios al abrir y cerrar la boca. La repetición le ayudará a mejorar esta habilidad.

Para la letra “n”, la lengua debe tocar el puente alveolar o paladar duro mientras se exhala por la nariz. Pueden jugar a ver quién sopla más aire por la nariz. Exhalen diciendo “n” y alargando la consonante mientras sacan el aire.

Consonantes bilabiales: p, b & m

En las consonantes bilabiales, los labios se aproximan o tocan entre sí para emitir el sonido. En este grupo, la “b” y “p” se parecen mucho; para pronunciarlas tu pequeño deberá juntar los labios y luego liberar el aire abriéndolos. Al igual que con la “t” y la “d”, las cuerdas vocales vibran cuando se pronuncia la “b”, así que puedes repetir el ejercicio de tocar la garganta para ayudar a tu hijo a identificar la diferencia de pronunciación.

Otra idea que puedes intentar es jugar al “espejo”. Siéntense frente a frente y explícale a tu hijo que en este juego deberá copiar todo lo que hagas. Así como si fuera tu reflejo, comienza pronunciando la “p” y repítela para que tu hijo te imite. Luego sigue con la letra “b”. Exagera tu pronunciación para que él vea la diferencia entre los dos sonidos y practique mientras te imita.

Para la letra “m”, cierra los labios y simultáneamente sopla el aire por la nariz. Explícale a tu pequeño que el error más común al pronunciar la “m” es no cerrar bien los labios. Pueden repetir el mismo ejercicio de soplar el aire que se usó con la “n”.

Palatal: y & ll

Una de las primeras consonantes palatales que pronunciará tu pequeño será la “y”. Esto se presenta alrededor de los 28 meses.

La articulación de estas consonantes se da cuando la lengua toca el paladar duro. Tu hijo tal vez ya use palabras como “yo”. Desde temprana edad, pon el ejemplo de cómo usar esta palabra y modela su pronunciación. ¡Deja que la practique! Hazle preguntas en las que sepas que hablará de sí mismo; si usa gestos pídele que elabore usando algunas palabras.

También puedes implementar una celebración donde digan “¡Yeah!”, como en inglés. Cuando suceda algo emocionantes pueden gritar “yeah” y levantar los brazos; esto podría volverse una pequeña tradición.

Consonantes velares: k & g

Estas aparecen hasta más tarde, alrededor de los 30 meses. En cuanto a su articulación, la “k” y la “g” son muy similares. Se llaman consonantes velares porque, en este caso, la lengua se aproxima al paladar suave que está localizado en la parte posterior de la boca, el velo, mientras se crea presión en la boca y se libera bajando súbitamente la lengua.

La diferencia entre la “k” y la “g” depende de la vibración de las cuerdas vocales. Para ayudar a tu pequeño a notarlo, repitan el ejercicio de tocarse la garganta. También puedes decirle palabras y practicarlas juntos. Por ejemplo, si le gustan los animales, escoge las palabras “koala” y “gorila” y úsenlas en una oración. De este modo no solo estarás trabajando su pronunciación, ¡sino también su producción de lenguaje y memoria!

Consonante labiodental: f

Este tipo de consonantes son las últimas en aparecer, antes de pasar a consonantes más complejas. Notarás que tu niño usará la “f” cuando tenga alrededor de 33 meses. El nombre de esta consonante es bastante transparente; se articula cuando los dientes superiores se aproximan o tocan el labio inferior.

Puedes trabajar esta consonante con tu hijo jugando al juego del “espejo”. Recuerda exagerar tus gestos para que pueda analizar cómo imitar tus movimientos de labios y dientes.

Lo más importante es exponer a tu pequeño a todo tipo de lenguaje. Habla con él, léele cuentos antes de dormir y entablen conversaciones. Comentarios recientes de terapeutas del lenguaje muestran que no se puede probar una conexión entre los ejercicios de movimientos de labios y lengua y una mejor pronunciación; esta mejora en el habla solo se da con la práctica.

Diviértanse con estos juegos y acompaña a tu hijo durante este increíble proceso.

Más información sobre el lenguaje: Hitos del lenguaje: ¡otras personas entienden lo que dice mi hija!

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