La fiebre en bebés siempre se convierte en una señal de advertencia y tensión en los padres, ¿no es así? Cuidar una nueva vida es una aventura muy hermosa, pero al mismo tiempo, muy desafiante. Especialmente para quienes comienzan la aventura de cuidar a alguien que aún no sabe expresar verbalmente sus sentimientos y sensaciones.
Entonces, ¿cómo proceder en situaciones como esta? ¿Cómo asociar la fiebre de tu bebé con otros síntomas? ¡Hay tantas preguntas que lo primero que hay que hacer es mantener la calma!
Puede parecer difícil, pero actuar con calma te dará más claridad para que puedas interpretar correctamente los hechos, las reacciones de tu bebé y así poder tomar las decisiones necesarias. Para comprender todo esto, sigue leyendo la publicación.
¿Qué puede causar la fiebre en bebés?
La fiebre ocurre cuando hay una infección o inflamación en el cuerpo del pequeño. Algunas de las causas más comunes son un virus, enfermedades respiratorias, infecciones del oído o infecciones del tracto urinario.
La fiebre es una respuesta del cuerpo del bebé a la causa de la infección o inflamación, por lo que puede considerarse un síntoma benigno que desaparecerá con el tiempo. Como la fiebre causa molestias, la medicación ayudará a aliviarla en el proceso de curación.
¿Por qué es importante estar atento a este síntoma?
Si tu bebé tiene menos de 3 meses y tiene fiebre superior a 37,8ºC, lo mejor es llevarlo al médico. Lo mismo está indicado para niños mayores si la fiebre persiste durante más de 48 horas o se acompaña de otros síntomas, como secreción nasal, vómitos, diarrea, etc.
En situaciones como estas, es mejor confiar en el análisis clínico y el tratamiento prescrito por el pediatra.
¿Cuáles son los principales síntomas que indican fiebre en un bebé?
Si sospechas que tu bebé tiene fiebre pero tienes dudas, intenta observar los siguientes síntomas:
- Temperatura corporal superior a 37,5ºC
- Sibilancias y palpitaciones
- Mejillas rojas
- Una ligera postración o agitación excesiva, con llanto irritado
- Apetito reducido
- Temblores de frío (los famosos escalofríos)
- Diarrea (que también puede estar asociada con el factor desencadenante de la fiebre)
- Somnolencia
- Otros patrones de comportamiento atípicos
Por eso, es importante tener siempre un termómetro de calidad a la mano, así como hablar con el pediatra. Él o ella te dará algunas recomendaciones para tratar de aliviar el malestar y la fiebre de tu hijo con un baño tibio o compresas de agua tibia en la cabeza y la ingle antes de administrarle medicamentos antipiréticos.
Algunos bebés tienden a tener una temperatura corporal alterada debido al nacimiento de sus primeros dientes, ¿sabes? Así que en estos casos, por sí misma, la fiebre no es causa de preocupación.
Sin embargo, observar a tu bebé, conocer sus reacciones, los hitos de desarrollo y comportamientos es fundamental en estos momentos, al fin y al cabo, estos parámetros ayudan a entender cuándo las cosas están o no dentro del rango normal.
