Ahora que la ciencia ha avanzado en el estudio del desarrollo humano, nos hemos dado cuenta de la enorme importancia que tiene la crianza desde los primeros años de vida. Para estar preparados, es vital hablar con nuestra pareja sobre la futura educación y crianza del bebé. ¡El trabajo en equipo es clave!
Los padres desempeñan un papel fundamental en la formación del comportamiento, la autoestima y la psicología de los pequeños, según varios estudios. Según Diana Baumrind, una reconocida psicóloga y experta en el campo de la crianza y el desarrollo infantil, los estilos de crianza se pueden clasificar en dos: el control o exigencia y el afecto. A continuación te contamos cómo se ven los estilos en acción.
Por un lado, está el estilo autoritario, que se caracteriza por su rigidez, exigencia y control, pero sin mucho afecto ni respuesta a las necesidades del niño. Los padres actúan como jefes, muy exigentes en disciplina. Por otro lado, está el estilo democrático, que se basa en una disciplina flexible, pero con mucho afecto y respuesta a las necesidades del niño. Son como ese maestro que sabe poner límites, pero también tiene ese toque cálido y amigable. También está el estilo permisivo, que se basa en un exceso de afecto, pero sin mucha disciplina ni límites. Este es un estilo muy consentidor. Y, finalmente, está el estilo poco responsivo o negligente, que se basa en el rechazo, la falta de disciplina y de afecto. Son padres que no están muy involucrados y no se preocupan mucho por las necesidades de su hijo.
Baumrind descubrió que según el estilo de crianza de los padres, los niños mostraban ciertas características en común. Por ejemplo, los niños criados por padres autoritarios tenían baja autoestima, eran infelices, inseguros y no tan amigos del mundo. En cambio, los criados por padres democráticos eran competentes, felices y autosuficientes. Por su parte, los niños criados por padres permisivos tendían a ser dependientes, inmaduros, con poco autocontrol y no tan destacados académicamente. Y por último, los niños criados por padres poco responsivos o negligentes tenían un apego inseguro, problemas con otros compañeros y pocos amigos.
Ahora, la teoría de Baumrind sobre los estilos de crianza nos ayuda a entender qué tipo de crianza funciona mejor y por qué. Sabemos que los niños necesitan límites y disciplina, pero también hemos aprendido que el afecto es esencial para un desarrollo saludable. Según los efectos que hemos visto, el mejor estilo de crianza es el democrático. Los papás deben establecer límites y reglas claras, pero también deben ofrecer mucho afecto y responder a las necesidades del niño. ¡Un equilibrio perfecto!
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