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Baño de esponja: Como bañar a un bebé recién nacido

mamá dándole un baño de esponja a su bebé

Puntos clave:

  1. El artículo brinda consejos para que los padres puedan dar un baño de esponja a un recién nacido de manera segura y cómoda, incluida la preparación del lugar y las herramientas, el lavado de la cara y el cuerpo y el mantenimiento del calor del bebé.
  2. Se aconseja esperar a que se caiga el cordón umbilical antes de dar un baño regular y se recomienda comenzar con baños breves y suaves.
  3. El artículo brinda consejos de seguridad para diferentes lugares donde se puede bañar a un bebé, como el lavabo, y enfatiza la importancia de sostener al bebé con firmeza y no dejarlo desatendido.
  4. Aconseja cómo limpiar diferentes partes del cuerpo del bebé durante el baño, incluida la zona genital, enfatizando la importancia de ser delicados y evitar el uso de jabón cuando no sea necesario.

Es común que los padres tengan muchas preguntas sobre cómo bañar a su bebé, y que incluso se sientan un poco nerviosos al respecto, ¡pero no te preocupes! En este artículo encontrarás consejos sobre cómo darle a tu bebé un baño de esponja relajante y seguro. 

La hora del baño puede ser un gran momento para conectar con tu bebé, y para terminar el día de una forma relajada, preparando a tu pequeño para la hora de dormir. Bañar a tu bebé a la misma hora todos los días ayudará a enseñarle que se acerca la hora de ir a dormir. Por esta misma razón, la hora del baño debe ser un momento tranquilo y relajante, que ayude a todos a calmarse un poco después de las actividades del día. 

Baño de esponja: consejos y seguridad 

El baño de esponja es como un baño normal, pero sin meter a tu bebé completamente dentro del agua. La Academia Americana de Pediatría recomienda dar baños de esponja hasta que el cordón umbilical se caiga, lo que normalmente ocurre durante las primeras dos semanas de vida. 

Estas son algunas de las cosas que debes tomar en cuenta al preparar el baño de tu bebé: 

  • Preparar el espacio y las cosas necesarias, ten todo cerca y a la mano: un recipiente con agua, una esponja o toalla suave, una toalla seca, un espacio cálido y una superficie plana. 
  • Recuesta a tu bebé en una superficie, puede ser el lugar donde cambias los pañales, una mesa, la cama, o incluso una toalla o cobija sobre el suelo. La parte más importante es que tú y tu bebé estén cómodos y seguros. Si eliges una superficie alta, asegúrate de poder sostener a tu bebé en todo momento, para prevenir accidentes o caídas. 
  • Empieza limpiando la cara de tu bebé, usando la esponja o una toalla suave. Intenta no meter agua a la boca y los ojos de tu bebé. Antes de continuar con el resto del cuerpo, remoja la esponja o toalla en el recipiente con agua para limpiarla.  
  • Mantén a tu bebé calientito durante el baño de esponja. Puedes hacer esto enrollando o cubriendo a tu bebé con una toalla, y solo ir descubriendo las partes que vas limpiando. Las áreas en las que hay pliegues en la piel necesitan particular atención: axilas, área genital, detrás de las orejas y alrededor del cuello. 

¿Cuándo puedo bañar a mi bebé de forma normal? 

Cuando el cordón umbilical haya sanado por completo puedes empezar a bañar a tu bebé de forma normal, usando más agua. Estos primeros baños deben ser muy delicados y breves, y tal vez debas volver al baño de esponja un par de veces si tu bebé no se siente muy cómodo.  

Consejos de seguridad para bañar a tu bebé

  • Elige el lugar donde bañarás a tu bebé. Puede ser en el lavadero de la cocina, en el baño, o en una tina portátil que puedas poner en una superficie plana y segura. Es mejor elegir un lugar en el que puedas estar en una posición cómoda, en la que puedas sujetar de forma segura a tu bebé. Si eliges un lavadero, asegúrate de que sea lo suficientemente grande para que tu bebé no se lastime. También revisa que esté completamente limpio, para que la piel de tu bebé no se irrite o se contamine. 
  • Llena el lavadero o la tina con 5 centímetros de agua, y mantén el agua a una temperatura cálida y agradable. Puedes usar tu codo para revisar la temperatura del agua. Si el agua está muy caliente puede quemar la piel de tu bebé, así que asegúrate de que no exceda los 40ºC (100º F). 
  • Prepara las cosas que necesitarás y tenlas cerca: jabón para bebé (preferiblemente sin aroma), una jarra o recipiente para servir agua, una toalla o tela suave, una toalla con capucha, pañales nuevos y ropa limpia. 
  • Desviste a tu bebé, y si es necesario, limpia su parte inferior para evitar ensuciar el agua.
  • Mete a tu bebé al agua lentamente, empezando por los pies. Mientras haces esto, habla de forma tranquila y cariñosa. El cambio repentino de temperatura puede asustar o sorprender a tu bebé, y escuchar tu voz le ayudará a calmarse. 
  • Recuerda sujetar a tu bebé firmemente cuando lo metas a la tina o lavadero; es posible que se mueva un poco al tener contacto con el agua. Usa una mano para sostener la cabeza y el cuello, y la otra para meter a tu bebé al agua. 
  • Asegúrate de que la mayor parte del cuerpo esté fuera del agua. Para evitar que tu bebé pase frío, puedes usar la jarra para verter agua sobre él. 
  • Empieza limpiando la cara de tu bebé con una esponja o tela suave. Tal vez no sea necesario usar jabón todos los días, solo asegúrate de que su cara esté limpia y no tenga residuos de leche. 
  • Masajea la cabeza de tu bebé, evitando que el agua entre a sus orejas. Cuando enjuagues, pon tu mano sobre su frente para evitar que el agua o el jabón entren en los ojos, nariz y boca. 
  • Después, limpia el resto del cuerpo. Empieza con el frente, y después levanta ligeramente a tu bebé y limpia la parte de atrás. Recuerda que si bañas a tu bebé diariamente, no es necesario usar jabón todos los días. 
  • Cuando llegues al área genital, limpia minuciosamente sin jabón. Si tu bebé es niña, limpia entre los pliegues y enjuaga muy bien la vulva. Si es niño, limpia bien el pene y el escroto, pero evita mover el prepucio hacia atrás (la piel en la punta del pene). Recuerda no remojar a tu bebé si le han realizado la circuncisión y aún no se ha curado por completo. En este caso, sigue al pie de la letra las instrucciones de tu doctor. 
  • Al terminar, saca a tu bebé del agua con mucho cuidado, y envuélvelo en una toalla limpia y seca. Después lleva a tu bebé a una superficie cómoda y estable, y sécalo suavemente. Una vez que esté seco, puedes ponerle un pañal nuevo y ropa limpia. 

Recuerda: Nunca dejes a tu bebé solo sin supervisión, ni siquiera por un segundo, ¡los accidentes pueden suceder en un abrir y cerrar de ojos! 

Seguir estos consejos hará la hora del baño una experiencia más tranquila y relajante, para ti y para tu bebé. Recuerda disfrutar cada momento y aprovecha la oportunidad para crear lazos más significativos con tu pequeño, ¡esta etapa se va volando!

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