Sabemos que ser mamá puede ser una montaña rusa de emociones, y eso es completamente normal. A veces, después de dar a luz, puedes sentirte un poco decaída, irritable o ansiosa. Pero ¿adivina qué? No estás sola, y todo forma parte del viaje. Esos sentimientos de tristeza, ansiedad o ganas de llorar suelen ser temporales. Pueden ser causados por el cansancio, los cambios hormonales y el estrés de adaptarte a tu nuevo rol. Así que no hay necesidad de entrar en pánico; en la mayoría de los casos, estas emociones desaparecen en unos días.
Sin embargo, si notas que estos sentimientos persisten por mucho tiempo, es importante buscar ayuda de un especialista, ya que podría tratarse de un caso de depresión posparto. No hay nada que temer ni de qué avergonzarse, y recibir el apoyo que necesitas es crucial. Entonces, ¿cómo puedes saber si es más que simplemente «baby blues»? Bueno, aquí tienes algunos signos a tener en cuenta: sentir tristeza y llorar, problemas para dormir, ansiedad, estar más irritable o de mal humor, experimentar dolor físico, sentirse cansada y agotada, cambios en tus hábitos alimenticios, dificultad para concentrarte e incluso sentimientos de culpa o miedo de hacerle daño al bebé. Si notas alguno de estos síntomas y persisten durante un período prolongado, definitivamente es buena idea buscar ayuda profesional.
Mientras tanto, hay algunas actividades que podrían ayudar a levantar tu ánimo. Compartir tus sentimientos con seres queridos o unirte a un grupo de apoyo puede ser una excelente manera de sentirte comprendida y respaldada. Y no olvides cuidar de ti misma, tu bienestar es muy importante. Intenta hacer ejercicio, descansa, da paseos tranquilos con tu pequeño y aliméntate con comidas y refrigerios saludables. Recuerda, estás haciendo un trabajo increíble como mamá, y no hay nada de malo en pedir ayuda cuando la necesitas.
One Response