Puntos clave:
- Aproximadamente a los 34 meses, su hijo comienza a sostener los crayones con un agarre más maduro, preparándose para escribir.
- Planifican sus dibujos, disfrutan copiando formas y desarrollan habilidades motoras finas.
- La postura afecta el flujo de su dibujo, y los círculos son un tema común en su arte.
- Comienzan a reconocer formas complejas, simbolizar objetos y aprenden a escribir su nombre.
Como ya mencionamos en la primera parte, el garabateo es una de las primeras etapas por las que pasa tu pequeña cuando aprende sobre el lenguaje y la escritura. Lo que comenzó como un movimiento amplio y aleatorio con el brazo se ha convertido en un trazo fino de figuras y objetos. Alrededor de los 34 meses tu hija comenzará a sostener los crayones de forma más madura y descubrirá cuál es el agarre de lápiz más cómodo para ella. Comenzará a planear con antelación lo que dibujará y le encantará copiar y trazar formas usando diferentes materiales y colores específicos. Conforme amplíe su horizonte de experiencias, comenzará a aprender más sobre las partes del lenguaje escrito.
Ahora que ya domina su agarre de lápiz, tu pequeña adorará ponerlo en práctica. Verás que mantiene una buena postura al dibujar y cómo esto afecta el flujo y el ritmo de su garabateo. A esta edad muchas de sus creaciones consistirán en círculos. Al principio hará figuras irregulares y líneas que van en todas direcciones, pero conforme practique sus movimientos de muñeca y de dedos verás que logra dibujar un hermoso sol. En esta etapa le encantará usar otro tipo de materiales en sus dibujos. La plastilina, las tiras de papel y la pintura son excelentes opciones. Conforme sostenga los marcadores, moldee la plastilina o pegue los pedazos de papel, verás que pasa de movimientos amplios y controlados con la muñeca, a acciones delicadas hechas con los dedos. Fortalecerá sus músculos y controlará mejor la presión que aplica con los crayones. Con el tiempo pasará de las formas simples a objetos más complejos.
Recuerda que todo está interrelacionado. Como ahora tienes una parlanchina en casa, tu hija querrá explicarte sus dibujos; en esta etapa sus habilidades de pensamiento jugarán un rol muy importante. Se interesará más por figuras complejas, como los cuadrados; comenzará a darle significado a sus trazos y aprenderá que estos pueden representar algo más, como una casa. Este es un hito importante porque tu pequeña comenzará a nombrar sus líneas y marcas, y aprenderá que estas pueden simbolizar objetos reales. También, como ya entenderá mejor las funciones de las partes del cuerpo, querrá dibujar personas y contarte historias sobre ellas. Además, verás que su motricidad fina se reflejará en habilidades de autocuidado. Sus movimientos precisos, fuerza muscular y uso independiente de cada dedo la llevarán a manipular botones y, más tarde, las cintas de los zapatos.
Sus habilidades se desarrollarán lo suficiente como para que comience a entender la diferencia entre un dibujo y algo escrito. Pasará de hacer garabatos a experimentar con las letras. Al principio las inventará porque se parecen a las figuras que ya conoce, pero pronto aprenderá a escribir su nombre. Estudios muestran que a los 3-4 años los niños comienzan a desarrollar las habilidades para escribir sus nombres. Esto no solo será útil para sus habilidades de lectoescritura, sino también para su comunicación oral y escrita. Ya sea un garabato o un movimiento controlado, todo trazo que haga tu hija estimulará su motricidad fina y la preparará para leer y escribir en los próximos años.
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