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Niños que muerden…

A partir de la escolarización de los niños cada vez a más temprana edades posible observar nuevas formas de expresar los sentimientos (afecto, alegría, tristeza, malestar, etc.). Al ingresar a este nuevo contexto social y acrecentar el contacto con otros niños, también surge la necesidad de comunicarse y, como la expresión verbal se encuentra algo limitada, en esta etapa el cuerpo cumple un rol primordial. Es por ello que, para comprender lo que le ocurre a un niño, debemos hacer una continua lectura de sus gestos y manifestaciones físicas. Es común, que en el salón de clases observemos grandes abrazos como también algunos gritos, empujones y mordidas, cuando sienten que no son comprendidos por algún compañero. Dichas reacciones, son normales, y están relacionadas con el desarrollo.

Las mordidas son una forma más de explorar el mundo que los rodea, tal como lo es empujar, apretar y sacudir, entre otras acciones. La boca de los bebés es una zona desarrollada tempranamente, por lo cual constituye una herramienta primordial en la exploración activa. A su vez, muchos niños se encuentran atravesando el periodo de dentición, lo que implica una sensibilidad especial en la zona bucal y una necesidad de morder frecuentemente.

En estas situaciones, es importante no obviar lo sucedido, pero tampoco señalar al niño cada vez que esto ocurre; se deben buscar caminos preventivos para que esto no suceda tan frecuentemente. Es aconsejable tratar de mostrar de qué otra manera puede expresarse, por ejemplo mostrándole cómo abrazar suavemente a su compañero, o enseñándole a decir que no con su dedo si algo le molesta; así como también se le pueden ofrecer juguetes de goma, mordillos u otros objetos que contribuyan a la calma y eviten conflictos.

Genera un efecto positivo mostrarle formas de reparar el daño sufrido por el otro como: darle un beso, una caricia, prestarle un juguete, etc. Si el niño insiste en morder, se le puede apartar un momento del grupo y conversar sobre lo sucedido, mostrando algo de disgusto por el daño causado, sin elevar el tono de voz.

Es fundamental pensar que es una etapa como otras y que pasará, pero todo lo que el niño pueda ir incorporando en este momento en cuanto a la relación con los demás es sumamente importante y fijará pautas para un futuro.


 

Más sobre Ceci:

Mi nombre es Cecilia, escribo desde Buenos Aires, Argentina.IMG_4656

Además de ser la mamá de Guadalupe (el mejor de los trabajos); soy Licenciada en Educación Inicial, y desde hace 15 años ejerzo mi profesión. Me he desempeñado durante cinco años como coordinadora pedagógica en Jardín Maternal y como docente en distintas instituciones educativas con niños de 45 días a 5 años.

 

 

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