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Cómo hacer que la limpieza de primavera sea divertida con mi hijo/a

Puntos clave:
1. La participación de los niños en la limpieza del hogar fomenta la empatía y las conexiones sociales.
2. Proporcionar a los niños sus propias herramientas de limpieza hace que la limpieza sea divertida para ellos.
3. Las actividades de limpieza ofrecen oportunidades para mejorar el habla, como seguir instrucciones e identificar objetos.
4. Involucrar a los niños pequeños en la limpieza de primavera fomenta un sentido de responsabilidad y aprendizaje a través de la participación.

¡Nuevas investigaciones muestran que los niños que participan en las tareas del hogar suelen ser más empáticos, hacen mejores conexiones y tienden a ayudar más a los demás! De hecho, a muchos pequeñitos les encanta limpiar, especialmente si cuentan con sus propios utensilios de limpieza. ¡Y no solo eso! Convertir la rutina de limpieza en una oportunidad para hablar es muy sencillo y divertido. Es el momento perfecto para que tu hijo siga instrucciones, identifique objetos, los ordene, encuentre las cosas que le pides, etc. Como por fin llegó la primavera, hablemos sobre algunas maneras en que puedes incluir a tu bebé en la limpieza primaveral.

  1. Sigue mis pasos

¿Has notado que a tu pequeño le encanta secar lo que derrama o barrer lo que tira? De hecho, este es un hito del desarrollo maravilloso que se comienza a manifestar a partir de los 18 meses de edad. Los niños adoran participar en las rutinas diarias: “niño ve, niño hace”. Y la mejor manera de promoverlo es darles sus propias herramientas o utensilios y asignarles una tarea. Tal vez esta sea limpiar la mesa usando su esponja y atomizador especial (*que contiene una solución que no sea peligrosa para los niños). También pueden barrer por turnos; mamá usa la escoba grande y él la escoba miniatura. ¡Si lo conviertes en un reto estarás convirtiendo esto en una gran oportunidad lingüística! Dile que barra de la alfombra hacia la puerta, que limpie siempre hacia la izquierda, que atomice tres veces antes de limpiar, etc.

  1. Decisiones en la cocina

Yo sé que limpiar la cocina es una de las cosas que menos nos gustan, por eso ¡qué mejor que tener a alguien que nos ayude! Normalmente, cuando limpiamos este espacio tomamos, lo que yo llamo, “decisiones para la cocina”. Decidimos si la comida del refrigerador ya debe tirarse, si se la podemos dar a los pajaritos, o si se debe congelar o cocinar. No importa lo que hagas, ¡todas estas decisiones son oportunidades geniales para hablar! Puedes poner las reglas que tú quieras. Lo importante es que hables con tu hijo sobre la toma de decisiones, que hagas y respondas preguntas, y que le des instrucciones. Cada decisión puede llevarte a tareas nuevas muy divertidas. Por ejemplo, salir a darle de comer a los animales o cocinar juntos. ¡Esos serán momentos muy parlanchines!

  1. El sombrero seleccionador

A los niños les encantan los accesorios, así que aprovecha este hecho. Escoge un sombrero que tengas en casa y explícale a tu hijo cómo funciona el nuevo “sombrero seleccionador”. Mis reglas son: una vez que te lo pones, ¡tienes el poder de seleccionar y ordenar todas las cosas de la casa! Ordenar es otro de los grandes hitos del desarrollo de nuestros pequeños y, como toda habilidad, necesita mucha práctica. Tu ayudante mágico puede comenzar organizando su cajón de la cocina y acomodar sus tazas, platos, etc. O puedes darle de 2 a 5 juguetes para que los organice. A mí me gusta asignar cajas para diferentes tipos de juguetes y dejar que lo demás se haga “por arte de magia”. Por ejemplo: alineo varias cajas, una es para los LEGOs; otra, para los cochecitos; otra, para las muñecas y su ropa; etc.

  1. Desfile de modas

¿A quién no le gusta disfrazarse? Deja que tu pequeño modele la ropa que crees que ya no le quedan. Improvisa una pequeña pasarela y diviértanse bailando o haciendo alguna acción específica. Decidan juntos si una prenda en particular se queda o se va. ¡Es muy sencillo convertir esto en una actividad lingüística! Dile a tu hijo que se pruebe algo azul, que salte 5 veces usando los pantalones grises, que corra por la pasarela, etc. Un espejo le ayudará a entender visualmente cuando algo es “muy pequeño” o “muy ajustado”.

  1. Dejar espacio para lo nuevo

Esto es algo que mis padres hacían cuando era pequeña. Dos o tres veces al año revisábamos nuestras cosas para dejar espacio para lo nuevo. Sacábamos la ropa que ya no nos quedaba o los juguetes que ya no usábamos. Si las cosas estaban en buenas condiciones las donábamos para aquellos que más lo necesitan. Puedes organizar que alguien pase a recoger las cosas, o ir con tu pequeño a un centro de acopio o de donación. Deja que participe en el proceso de selección y hablen sobre cómo otros niños usarán esa ropa o jugarán con esos juguetes. ¡Esta es una hermosa lección de vida para cualquier niño! Al principio, la motivación principal será tener cosas nuevas, pero con el tiempo y la práctica tu hijo se convertirá en una personita empática, comprensiva y servicial.


Molly Dresner es una patóloga y terapeuta del lenguaje que reside en Nueva York.

Recientemente, publicó su libro The Speech Teacher’s Handbook (Manual para enseñar a hablar), una interesante guía para padres que incluye consejos prácticos y sencillos, y actividades que ayudan a los padres a ayudar a sus pequeños.

Síguela en su Instagram @thespeechteacher donde publica diariamente información relevante, o conéctate con ella a través de su página web o su Facebook.

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