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Almacenando recuerdos y rememorando

niña pequeña leyendo un libro con su mamá

Puntos clave:
1. Entre los 36 y 48 meses, los preescolares trabajan arduamente para desarrollar sus habilidades de memoria, recordando canciones, cuentos y más.
2. El desarrollo de la memoria comienza antes del lenguaje, basándose en los sentidos y sentimientos, una característica que continúa en la edad adulta.
3. Establecer conexiones entre nuevos recuerdos y los existentes ayuda a mejorar las habilidades de memoria en los niños.
4. Las habilidades lingüísticas son cruciales para la recuperación de la memoria durante los años preescolares.

La Academia Americana de Pediatría establece que un niño de preescolar desarrolla mucho su memoria entre los 36 y 48 meses de edad. A partir de ahora tu hija te deleitará completando la letra de las canciones que le gustan, acabando las oraciones de su cuento favorito, siguiendo instrucciones de tres pasos, relacionando objetos con sus imágenes o dibujos, e incluso recordando buena parte de una película o historia.

La memoria de tu hija comenzó a desarrollarse incluso antes de que pudiera usar el lenguaje para recordar las cosas. Durante los últimos dos años ha usado sus sentidos y emociones para guardar y recordar eventos importantes. Esta característica sensorial de la memoria se mantiene a lo largo de toda la vida: los adultos recuerdan con más facilidad eventos que relacionan con emociones fuertes como la sorpresa, el amor, el enojo o el miedo. Las habilidades para recordar dependen de nuestra capacidad de hacer la mayor cantidad de conexiones posibles entre un nuevo recuerdo y situaciones similares guardadas en la memoria. Así que, entre más aspectos experimente tu hija sobre un objeto o evento, más fácil le será relacionarlo con otros recuerdos y almacenar la información en su memoria.

En 2010, un equipo de investigación de la Universidad Loyola publicó un artículo en la revista Experimental Child Psychology (Psicología infantil experimental) en el que se estudiaba el desarrollo de la memoria entre los 24 y 30 meses de edad. Siguieron los progresos de un grupo de niños a lo largo de esos 12 meses. Midieron sus diferentes habilidades cognitivas y cómo estas interactuaban con su memoria, y encontraron que existe una relación significativa entre las habilidades lingüísticas de los niños y su capacidad para recordar cosas, además de que esa relación se fortalecía con el tiempo. Concluyeron que cuando somos muy jóvenes usamos las emociones para crear recuerdos, pero que una vez que desarrollamos el lenguaje en los años de preescolar, las palabras se vuelven cruciales para recordar y referirnos a experiencias pasadas.

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