Tal vez no te sorprenda, pero el retraso del lenguaje se ha convertido en uno de los temas que más inquietan a las mamás y papás. Sin duda es uno de los temas más consultados en línea. Y es que ahora, por la misma tecnología, ya no sólo escuchamos comparaciones como “mi sobrino empezó a hablar al año”, sino que tenemos las redes sociales para enterarnos de todos los hitos de otros bebés.
Esto nos deja con la duda: ¿será que mi bebé tiene un retraso del lenguaje? No te preocupes, en este artículo te platicamos lo que puedes esperar del desarrollo lingüístico de tu bebé en sus primeros tres años, así como qué hacer si detectas señales inusuales.
Avances en la comunicación de mi pequeño
Lo primero que hay que recordar es que cada bebé se desarrolla a su ritmo. Los rangos de edad que estás por leer son una estimación basada en el desarrollo promedio de los niños. Con esto, toma en cuenta que además de favorecer un ambiente y estimulación que promuevan su desarrollo, un ingrediente clave es tener paciencia.
Además, no hay que olvidar que la comunicación no sólo implica las palabras, sino gestos, emociones y comportamientos con los que los pequeños se dirigen a nosotros (lenguaje expresivo) y nos demuestran que van comprendiendo lo que les transmitimos (lenguaje receptivo). Así que, con eso en mente, demos un recorrido por su desarrollo.
Sus primeros meses
De los cero a los tres meses, los bebés se comunican a través de sus reflejos instintivos para satisfacer necesidades básicas. Como el hambre a través del llanto. Pero también empiezan a experimentar con sonidos vocales que aún no están conectados con la intención de decir algo.
Al llegar a sus cuatro meses, puede que notes ligeramente sus primeros avances con el lenguaje receptivo. Un ejemplo es que presta especial atención a ciertos sonidos, como la música, e identifica distintas voces y los cambios de tono en las mismas.
Entre los seis y siete meses, ya empezará a balbucear con consonantes labiales como “ba”, “ma” o “pa”. Aquí todavía no hay una relación entre “ma” y “mamá”, pero es un excelente momento para empezar a repetirle estas palabras básicas con un tono enfático para estimularlo a que repita el sonido.
Antes de cumplir el año
Ahora sí, a partir de los ocho meses verás cómo sus balbuceos cortos comenzarán a ligarse en cadenas de sonido más largas. Además, te encontrarás con la grata sorpresa de que ya identifica ciertos objetos y personas. Sólo que tal vez te encuentres con que si le preguntas quién eres te salga con un “mamama” o “papapapa” en lo que define vocalmente las palabras.
Poco después también te darás cuenta cómo empieza a pedir ayuda. Ahora que entiende señales básicas, como voltear hacia dónde apuntas con el dedo, él también hará lo mismo de acuerdo con su desarrollo motriz. Con los avances en su coordinación, también lo puedes motivar a que aprenda a decir hola y adiós con sus manos.
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¡Sus primeras palabras!
En promedio, los niños empiezan a decir sus primeras palabras alrededor de los doce meses. Esto ocurre gracias a la sinergia entre su desarrollo cognitivo y fisiológico. Tanto porque la relación semántica entre la palabra y el objeto se vuelve más clara, como porque tiene mayor control al gesticular palabras básicas.
Todavía en esta etapa puede que diga “abua” en vez de “agua”, en este caso es bueno que simplemente le repitas de regreso la forma correcta de decir la palabra. También comenzará a responder a frases sencillas como “Ven acá”.
Durante su primer año
Notarás cómo se agudizan las relaciones semánticas y que su lenguaje expresivo y receptivo ahora interactúan con mayor sinergia. Al inicio de esta etapa le podrás preguntar “¿dónde está tu muñeca?” y te responderá con un “ahí” o “la cuna”.
Esto se debe también a que su vocabulario se expande y cuenta con más palabras para responder y describir su entorno. Al cumplir el año y medio, su capacidad de adquirir una palabra nueva pasará de una a la semana a una al día. ¡Increíble! Aun así, no esperes nada demasiado complejo durante su primer año, por lo general a esa edad los niños se comunican con una o máximo dos palabras a la vez al acercarse los dos años.
Al llegar los dos años
Aquí notarás cómo tu pequeño se expresa con más soltura. Aunque sigue usando una sola palabra para expresar lo que quiere o piensa, ahora integra verbos en su vocabulario. Está bien que aún diga “abuela” o “vamo’” para decir que quiere ir a casa de su abuela.
Puedes hacerle preguntas como “¿quieres que venga abuela contigo? o ¿quieres ir a casa de tu abuela?”. Esto le ayudará a que siga estableciendo conexiones y descubra todo lo que puede expresar.
Para cuando llegue a los dos años y medio seguramente comprenderá casi todo lo que le digas. Claro, todo lo que sea parte de su vocabulario y entorno cotidiano. Aún si no sigue las reglas gramaticales al pie de la letra, ya demuestra patrones básicos del habla en su idioma nativo y usa frases más complejas.
Por ejemplo, puede que diga “jugar parque” para que lo lleves al parque o “no pasta” para decirte que no quiere sopa. Además de que empezará con el lenguaje posesivo con ideas como “juguete mío”. Cada vez sus frases y su pronunciación serán más claras por lo que sentirás como por fin entablas conversaciones sencillas con él.
Hacia los tres años: ¡Empieza la plática!
Pasando los dos años y medio (31 meses) es claro que puede recibir indicaciones sin necesidad de gestos o señales adicionales. También ya te puede platicar sobre lo que hizo en la mañana, lo que vio en una caricatura o cantar la canción que aprendió.
De los tres a los cuatro años
Ya no habrá qué detenga a tu pequeño para expresarse. Para esta edad lo más común es que su pronunciación sea tan clara como la de un adulto, que cuente muchas historias y haga decenas de preguntas al día para descubrir el mundo a través del lenguaje.
¿Cómo saber si mi bebé tiene un retraso del lenguaje?
Con lo anterior en mente, puedes tener una referencia de los avances y comportamientos que indican que el desarrollo lingüístico de tu pequeño está en orden. A veces lo que parece indicar un retraso del lenguaje es algo temporal. Algunos niños son tímidos por naturaleza o algo distraídos por lo que parecerá que no te entienden.
Sin embargo, es bueno que prestes atención a sus respuestas, tanto verbales como no verbales. Si notas que por lo general no reacciona cuando le hablas o que no interactúa, está bien que lo comentes en tus citas rutinarias con el pediatra o que agendes una exclusivamente para revisar si hay algo fuera de lo usual.
Puede que estas reacciones o falta de las mismas se deba a problemas de audición o del desarrollo cognitivo, en algunos casos puede que se trate de un trastorno del espectro autista. Si alguno de los anteriores llega a ser el caso, mantente positiva y receptiva a la mejor manera de apoyar a tu bebé. Asegúrate de encontrar las posibles causas y acompaña a tu bebé en todo momento para que sienta tu cariño y paciencia.