Puntos clave:
1. El desarrollo del lenguaje de un niño de dos años es rápido, comprendiendo alrededor de 200-300 palabras.
2. El lenguaje receptivo es la habilidad de entender palabras y sus significados.
3. Para mejorar el lenguaje receptivo, mantén contacto visual, usa palabras ligeramente avanzadas y utiliza ayudas visuales.
4. Reduce distracciones y anima a tu hijo a pedir aclaraciones si no entienden.
El lenguaje receptivo de tu hijo de dos años está floreciendo. Probablemente, ahora posee un vocabulario activo de poco más de 50 palabras y entiende casi todo lo que le dices. A esto se le llama lenguaje receptivo y es la capacidad de entender el significado de las palabras. Específicamente, a esta edad los niños entienden entre 200 y 300 palabras y agregan alrededor de 10 vocablos nuevos cada día. Cuando tu pequeño cumpla 3 años, su vocabulario se habrá ampliado hasta llegar a poseer 900 palabras. Esto incluirá adjetivos, verbos comunes y adverbios como sobre o debajo.
El lenguaje receptivo de los niños se desarrolla conforme reciben información de su entorno (ya sea en sus rutinas, señales visuales, sonidos, palabras escuchadas, palabras escritas, etc.). Absorben y aprenden constantemente. Las bases de desarrollo que necesita el lenguaje receptivo son la atención y concentración, la comunicación con gestos, y las habilidades sociales y de juego (como el participar por iniciativa propia en alguna actividad).
¿Sientes que tu hijo no entiende lo que le dices? Intenta lo siguiente para ayudarle a desarrollar su lenguaje receptivo:
- Ponte cara a cara con él y haz contacto visual antes de darle una instrucción, asegúrate de que te está poniendo atención.
- Cuando hables con él, usa palabras un poco más avanzadas que su lenguaje expresivo o las palabras que usa normalmente.
- Apóyate en lenguaje corporal y expresiones faciales para ayudarle a comprender visualmente lo que le estás diciendo.
- Evita distracciones apagando los sonidos de fondo, como la televisión o la radio, cuando estén hablando.
- Anímalo a que te pregunte, te pida que le aclares algo o le repitas lo que dijiste si no te entendió la primera vez.
NOTA: Ahora que sabes que tu pequeño entiende casi todo lo que dices, ten cuidado con lo que dices sobre él cuando está presente.