Ya sea una elección o una necesidad, muchas mujeres continúan trabajando durante su embarazo. Aunque la mayoría de ellas no tendrán problemas y pueden seguir trabajando, puede haber algunos desafíos cuando se trata de lidiar con los síntomas incómodos a la hora de trabajar.
Saber cómo aliviar algunos síntomas puede ayudarte a mantenerte saludable y sentirte bien, ¡para que puedas dar lo mejor en el trabajo! Aquí tienes algunos consejos:
– Náuseas: Identifica las cosas que desencadenan tus náuseas y trata de evitarlas en la oficina. ¡El jengibre o las galletas saladas son tus mejores aliados! Comer cosas pequeñas con frecuencia puede ser de gran ayuda. Consulta a tu médico sobre la posibilidad de tomar vitamina B6, que también podría ayudarte. Si todo lo demás falla, ten preparada una «ruta rápida» al baño, ¡por si acaso!
– Fatiga: ¡Come muchos alimentos ricos en hierro! A veces, la fatiga puede estar relacionada con una deficiencia de hierro. Mantente hidratada, toma descansos frecuentes e intenta reducir tu lista de tareas. Si eso no es posible en el trabajo, considera tomar las cosas con calma en actividades no relacionadas con el trabajo. ¡Lo más importante es dormir lo suficiente! Acuéstate temprano y evita quedarte despierta hasta tarde.
– Dolor: Si estás sentada durante mucho tiempo, concéntrate en apoyar tu zona lumbar. Si tu silla no es ajustable, puedes usar un cojín de apoyo. Si tienes que estar de pie durante largos períodos de tiempo, poner un pie en un reposapiés, caja o taburete puede aliviarte. Cambia el pie en el que pones peso con frecuencia y toma todos los descansos que necesites. Asegúrate de usar zapatos cómodos que brinden un buen soporte para el arco del pie. Es mejor evitar levantar cosas por completo, pero si es necesario, recuerda usar las rodillas y no la espalda al levantar objetos.
También es muy importante mantener el estrés bajo control, ya que demasiado estrés puede dañar a tu pequeño. Haz listas de pendientes, prioriza las tareas y trata de delegar cosas si la carga se vuelve demasiado pesada. Habla sobre cómo te sientes con tus colegas y superiores, y encuentra una técnica de relajación que funcione para ti, como ejercicios de respiración, estiramientos o dar un breve paseo. ¡Mantenerse lo más relajada posible es importante para tu salud y el bienestar de tu bebé!
Hoy en día, los lugares de trabajo pueden ser muy flexibles y comprensivos en cuanto al embarazo y la maternidad, así que intenta hablar con tus superiores si sientes que necesitas un cambio de ritmo. Al igual que en cualquier relación, ¡la comunicación es clave!
Aunque trabajar es seguro en la mayoría de los casos, considera si tu entorno laboral no te expone a riesgos o complicaciones. Las condiciones laborales inseguras incluyen: exposición a sustancias nocivas, estar de pie durante mucho tiempo, levantar, cargar o subir objetos pesados, ruido excesivo y temperaturas extremas.
Si te preocupa alguna de las cosas que mencionamos anteriormente, habla con tu empleador y tu doctor sobre tu situación. Con su ayuda y asesoramiento profesional, podrás encontrar medidas especiales o decidir si puedes y debes seguir trabajando durante tu embarazo. ¡Recuerda que lo más importante es mantenerte a ti y a tu bebé a salvo!
