En estas 40 semanas de embarazo no solo estás planeando y preparándote para la llegada de tu bebé, también te haces ilusiones sobre tu vida y tus expectativas como mamá. ¡Pero ojo, que después del parto esas fantasías pueden no coincidir con la realidad! Aquí te ayudaremos a desmentir algunos mitos comunes sobre el parto y la maternidad para que sepas qué esperar y estés tranquila y relajada cuando tengas a tu bebé en brazos.
Mito 1: Cuando traigas a tu bebé a casa, serás la persona más feliz del mundo.
Claro que estarás feliz, pero también te sentirás agotada e incluso ansiosa. Puede que te den ganas de llorar. Es completamente normal, gracias al torbellino hormonal por el que está pasando tu cuerpo. Los primeros meses con tu bebé pueden parecer más un entrenamiento militar que unas vacaciones. ¡Pero no te preocupes! Si la vida no es exactamente como la planeaste, te prometemos que con el tiempo, la experiencia y el crecimiento de tu bebé, las cosas se calmarán.
Mito 2: Cuando nazca tu bebé, será amor a primera vista.
Algunas mamás no sienten un amor instantáneo y fuerte hacia sus bebés al principio, ¡y está bien! Para enamorarte de alguien, necesitas conocerlo, y como es la primera vez que ves a tu bebé, tomará tiempo. El amor y el cariño vendrán en su momento, así que no te presiones si no sientes ese amor a primera vista.
Mito 3: Amamantar es pan comido si lo haces bien.
Aunque sea algo natural, para algunas mujeres amamantar puede ser un desafío. Al principio, tu bebé puede tener dificultades para prenderse correctamente al pecho o tal vez experimentes contracciones uterinas o pezones adoloridos. Prueba diferentes posiciones para amamantar y no dudes en consultar a un experto certificado en lactancia si tienes problemas para alimentar a tu bebé.
Mito 4: Tengo que hacerme cargo de todo.
Algunas mamás se exigen demasiado y piensan que deben ser súper mamás que se encargan del bebé, de su pareja y de la casa las 24 horas del día. ¡Pero eso es una gran mentira! Todo el mundo necesita ayuda. Como dice el dicho «se necesita una aldea para criar a un niño», y ninguna mamá debería criar sola a su hijo. Si necesitas descansar, pide ayuda a tu pareja, y si tus familiares te ofrecen ayuda, ¡acéptala! Hacer todo sola te llevará al agotamiento. Asegúrate de pedir ayuda cuando la necesites.
Mito 5: Mis necesidades ya no importan.
Tus necesidades son igual de importantes que antes. Puede que no tengas tanto tiempo como antes, pero dedicarte unos minutos a ti misma, ya sea tomando un baño caliente o tomando una siesta mientras tu pareja cuida del bebé, te ayudará a estar tranquila y liberar tensión. Si te cuidas y atiendes tus necesidades, estarás más tranquila y responderás mejor cuando estés con tu hijo. Recuerda que una mamá feliz es igual a un bebé feliz.
Mito 6: Como mamá, siempre debo saber por qué llora mi bebé y cómo calmarlo.
Aprender a interpretar el llanto de tu bebé lleva tiempo. Conforme lo vayas conociendo mejor, sabrás si llora porque tiene hambre, está cansado, necesita cambiar el pañal, quiere que lo abraces o simplemente está llorando sin motivo aparente. Es normal que a veces no sepas la razón. Respira profundamente y verifica cada necesidad de tu pequeño (comida, sueño, pañal, gases, temperatura, abrazos, etc.) y atiende cada una hasta que tu bebé se tranquilice. También recuerda que muchos bebés lloran inconsolablemente en algún momento del día. Eso es normal y si no puedes calmarlo, no significa que seas una mala madre. Pide ayuda durante este período y recuerda que es algo temporal.
Estos seis mitos, y cualquier otra falsa expectativa o fantasía sobre la maternidad, pueden causar mucha ansiedad, estrés ye incluso depresión. Deshazte de esas creencias antes de que nazca tu bebé. Confía en ti misma y no seas demasiado dura contigo misma. Tú y tu bebé aprenderán a adaptarse a su nueva vida, tú como mamá y él viviendo fuera del vientre. Estate consciente de tus fantasías y deja ir cualquier pensamiento que no sea útil o que te haga dudar de tus habilidades. Ningún libro puede competir con tu intuición y conocimiento de la dinámica que tienes con tu bebé. No lo críes siguiendo estrictamente un manual, porque eso está condenado al fracaso. En lugar de eso, sintonízate con tu pequeño y sus necesidades, y poco a poco, día a día, irás aprendiendo a ser mamá.