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Cómo sacarle los mocos a un bebé

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Cuando la congestión nasal de los pequeños evoluciona y alcanza cierto nivel de gravedad, ellos experimentan una sensación un tanto desagradable que los desconcierta y les genera malestar por no saber cómo reaccionar o qué hacer para solucionarlo. Por eso es tan importante que, como responsable de su salud, estés al tanto de cómo sacarle los mocos a un bebé.

Ayudarlos en este proceso les permitirá sobrellevar los síntomas de una gripe o resfriado con mayor comodidad. Sin embargo, sabemos que no todo es tan simple como parece, pues al igual que el bebé o niño mayor de un año, puede que tú tampoco sepas resolver la situación apropiadamente, por lo que te surge una pregunta determinante: ¿cuál es la forma correcta de sacarle los mocos a un bebé?

Lo primero, es reconocer que no puedes hacerlo como si fuesen adolescentes o adultos. Incluso, los métodos de limpieza nasal y extracción de la mucosidad generada a partir de un proceso viral o infeccioso varían en cada caso, dependiendo sobre todo de la edad del pequeño, si es un bebé o si tiene más de un año.

En este artículo te daremos la información que necesitas saber para extraer los mocos de un niño de manera correcta y segura, sin poner en riesgo su salud. Además, exploraremos los distintos tipos de mocos, para que tengas idea de qué le puede estar sucediendo a tu niño o niña.

¿Qué quieren decir los distintos tipos de mocos sobre la salud de mi pequeño?

Aunque de antemano pueda parecer algo desagradable, saber identificar los distintos tipos de moco de tu niño puede darte información muy valiosa para saber qué le ocurre. En la app de Kinedu puedes acceder a los mejores consejos de nuestros profesionales expertos en salud y desarrollo infantil. Pregúntales sobre tu caso específico y resuelve todas tus dudas.

Posteriormente, lo recomendable es que verifiques con tu pediatra de confianza la veracidad de la sintomatología. Para ello, se aplicarían las pruebas correspondientes, con el objetivo de obtener un diagnóstico certero.

Lo más común es que el bebé o niño esté pasando por uno de los dos procesos virales más frecuentes: la gripe y el resfriado común. Por otra parte, cuando los síntomas varían y se intensifican, puede tratarse de una infección. Los pequeños son mucho más propensos a contraer virus e infecciones, ya que están expuestos a los gérmenes en mayor medida que un adulto promedio.

Al tener una gripe o un resfriado común, lo más seguro es que el niño comience a experimentar congestión nasal, que se evidencia en secreción de moco. Esta secreción puede variar en color, viscosidad y tono. Veamos qué significan los tipos de mocos en bebés y niños:

Moco transparente:

Suele aparecer con mucha más frecuencia que los otros tipos de moco. En general, se considera normal y hasta saludable que los niños lo tengan. Cuando están ante una alergia, el moco transparente suele ser fibroso, un poco pegajoso. Cuando es de contextura más líquida, puede ser señal de que tienen gripe o que están infectados con un virus.

-Moco blanquecino:

Cuando el moco es más pegajoso de lo normal y su color es de tono blanquecino, todo indica a que tu pequeño está en la fase inicial de un resfriado. Si al cabo de una semana la secreción continúa y se le suman otros síntomas como congestión nasal excesiva y fiebre, puede que se trate de una infección.

-Moco amarillo:

El moco amarillo es un síntoma determinante para diagnosticar que el niño o niña tiene una infección de algún tipo y su sistema está reaccionando para atacarla. Esto es parte del proceso natural del organismo, por lo que al cabo de unos días debería mejorar. En caso que no muestre mejoría, deberás visitar a tu pediatra.

-Moco verde:

En los casos en que el moco amarillo se mantiene por más de siete días y comienza a tornarse verde, es indicativo de que el proceso infeccioso es muy fuerte, por lo que el organismo del niño necesitará antibióticos para combatirlo y superarlo.

-Moco rojo o rosa:

Eparece generalmente a partir de alergias, aunque también puede deberse a virus e infecciones. En el momento en que los senos paranasales se irritan o lastiman, suele salir un poco de sangre y mezclarse con el moco, generando esta coloración.

-Moco marrón:

En ocasiones, la contaminación del aire es mucho más acentuada de lo normal y esto puede generar que se acumule polvo, sucio u otras partículas contaminantes que se perciben al respirar. En el momento en que el organismo lo combate, la nariz genera moco de color marrón, como señal de que está purificando las vías respiratorias y expulsando las impurezas a través de la mucosidad.

-Moco negro:

El moco negro es poco común en bebés y niños y solo se manifiesta cuando existe una infección micótica, que por lo general es grave y debe atenderse cuanto antes. Si estás en el proceso de aprender cómo sacarle los mocos a un bebé y notas que tu pequeño tiene moco negro, tómalo como una señal de alarma y llévalo inmediatamente al pediatra.

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¿Cuál es el mejor método para hacer una limpieza de nariz a un bebé recién nacido?

Encontrar una solución sobre cómo sacarle los mocos a un bebé puede que te genere frustración. Pero no te preocupes, existen buenos métodos para hacer una limpieza de nariz a un bebé recién nacido que puedes aplicar desde casa. Estos son:

-Lavado con gotas de agua marina: al utilizar este método deberás colocar a tu bebé boca arriba e inclinar su cabeza levemente hacia el lado en el que vayas a aplicar el agua marina con un gotero, primero a la izquierda y luego a la derecha o viceversa.

Posteriormente, inclínalo hacia el lado respectivo en el que hayas aplicado las gotas para que los mocos puedan salir sin problemas. En caso que no salgan, puedes aplicar un masaje muy gentil en la naricita. Repite el proceso una vez si no ha dado resultado.

También se puede usar suero fisiológico en lugar de agua marina. La cantidad no debe exceder de 1.5 ml para evitar cualquier posible daño en la mucosa del bebé.

Siguiendo los pasos de cómo sacarle los mocos a un bebé, puedes probar algunos métodos para ablandar el moco, en caso que esté muy viscoso o pegajoso. Para ello se recomienda el uso de humidificadores, que generan vapor y los vuelven líquidos. Este proceso debe hacerse con cautela, ya que una temperatura demasiado húmeda en el ambiente podría ocasionar la aparición de hongos.

Este es el mejor método para sacarle los mocos a un bebé, ya que las gotas o el suero son poco invasivas y delicadas en comparación con otros aparatos, que se adaptan mejor a pequeños de 1 año o más y te detallamos a continuación.

¿Cuál es el mejor método para hacer una limpieza de nariz a un niño mayor de un año?

-Aspiradores nasales: puedes encontrarlo en cualquier farmacia o tienda de artículos para bebés y niños. El aspirador nasal es muy sencillo de usar, solo tienes que apretar la bombilla de goma (la parte superior más gruesa) y colocar la punta del artefacto (la parte inferior delgada) dentro de la nariz de tu pequeño con delicadeza, cuidando no lastimarlo con un movimiento brusco.

Una vez la hayas introducido, deja de ejercer presión sobre el bulbo lentamente, para que el aire succione los mocos. Finalmente, retíralo de la nariz y desecha la secreción. En el mercado encontrarás aspiradores nasales de distintos tamaños, modelos y formas, algunos incluso con características de uso más específicas que pueden servirte.

Otro modelo muy utilizado es el que se aplica con una manguera de succión, que deberás succionar tú mismo con la boca. Elige el que mejor se adapte a las características de tu pequeño y con el que te sientas más cómodo.

Si decides utilizar un aspirador o pera nasal para un pequeño menor de 1 año, recuerda que no debes hacerlo si el moco del bebé es fibroso, ya que podrías lastimarlo o generarle algún tipo de daño.

¿Cómo evitar que mi hijo produzca exceso de mucosa nasal?

Ahora que sabes cómo sacarle los mocos a un bebé o niño, seguro te preguntarás: ¿cómo evitar que mi hijo produzca exceso de mucosa nasal? Lo primero que debes saber es que los procesos virales tienen una duración promedio de entre 7 y 10 días.

Para blindar a tus pequeños de virus e infecciones, lo recomendable es que los mantengas en casa si notas que están comenzando a verse afectados con algún tipo de congestión nasal. En estos escenarios, aislarlos temporalmente de exteriores puede ser una buena medida. Recuerda que la mucosidad transparente es normal y saludable.

Evita que se expongan a olores excesivamente fuertes, como el que emanan los detergentes para limpiar el hogar y lavar la ropa. Trata de mantener todo lavado y con la menor cantidad de contaminación posible, como el polvo.

Si tu hijo es mayor de 2 años puedes considerar sacudirle la nariz gentilmente. Mantenlos siempre bien hidratados con una buena cantidad de agua potable y consulta con tu pediatra para saber qué medicamentos poco invasivos puedes aplicar como medida preventiva cuando percibas que podrían estar ante una gripe o resfriado.

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