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Cómo estimular el desarrollo físico y las habilidades musicales de tu hija

papá bailando con su hija pequeña

Puntos clave:

  1. Los niños responden naturalmente a la música desde una edad muy temprana, mostrando movimientos y reacciones desde los 9 a 11 meses. Este compromiso temprano juega un papel crucial en varios aspectos de su desarrollo.
  2. La música tiene un impacto significativo en las habilidades físicas de un niño, involucrando el control motor, la coordinación, la conciencia corporal, el equilibrio, la motricidad fina y la coordinación ojo-mano.
  3. La exposición a la música contribuye al desarrollo de los sentidos al exponer a los niños a diferentes sonidos, ritmos, tonos y tonos. La coordinación necesaria para responder a la música fomenta la coordinación bilateral, la conciencia corporal, el equilibrio, la motricidad fina y la coordinación ojo-mano.
  4. La musicoterapia, como lo demuestran los estudios, ha demostrado mejoras en las funciones motoras, especialmente en casos como los de pacientes con accidente cerebrovascular.

¿Recuerdas que cuando ibas a la escuela tenías clases de matemáticas, ciencias, música y educación física? La música, como cualquier otra materia, juega un papel importante en el desarrollo infantil y se ha demostrado que tiene muchos beneficios en varias áreas. Los niños disfrutan la música de forma natural y comienzan a reaccionar a ella desde que están en el vientre. A los nueve meses de edad comenzarás a notar que tu pequeña trata de moverse al ritmo de una canción. A los 11 meses será capaz de bailar y moverse con ritmo. Ya hemos hablado sobre la influencia que tiene la música en el desarrollo lingüístico, cognitivo y socioemocional. Ahora hablaremos de su impacto en las habilidades físicas.

Moverse con la música requiere del control sobre los sistemas motrices y de la percepción. Involucra la planeación, secuenciación, organización espacial, interacciones sensorimotoras y conexiones auditivas. Estudios con imágenes neurológicas mostraron que los sistemas motrices y auditivos del cerebro se activan mutuamente cuando se percibe o toca música. Estos sistemas se retroalimentan entre sí cuando tu hija escucha una canción o la baila. Esta relación permite que siga instrucciones verbales mientras baila al ritmo de una canción. Los estudios también descubrieron que, solo escuchando una melodía, el cerebro activa el sistema motriz. Otra interesante investigación también reveló que los pacientes que sufrieron un infarto cerebral mejoraban más su motricidad con la musicoterapia que con la fisioterapia convencional.

Estos son algunos ejemplos de cómo se involucra la música en el desarrollo motriz de tu pequeña

  • Desarrollo de los sentidos: Al igual que con las texturas y los colores, exponer a tu hija a diferentes tipos de sonidos, ritmos y tonos fomentará el desarrollo de sus sentidos y creará conexiones neuronales nuevas y más fuertes.
  • Coordinación: Aunque tu hija aún no pueda cantar la canción, sí podrá moverse al ritmo de la música. Subir y bajar los brazos, pasar una maraca de una mano a la otra o seguir las instrucciones de la canción “Cabeza hombros, rodillas y pies” requieren que coordine los dos lados de su cuerpo y trabaje su coordinación bilateral. Esto le servirá en un futuro cuando aprenda a usar tijeras.
  • Conciencia corporal: Mover su cuerpo y escuchar canciones que hablen sobre las partes del cuerpo le ayudarán a tu pequeña a identificarlas y a hacerse más consciente de su cuerpo, entendiendo dónde está cada parte y para qué sirve.
  • Equilibrio: Sentarse, moverse o pararse en un solo pie requieren que tu pequeña aprenda a distribuir su peso y mantener el equilibrio mientras escucha la música y se mueve al ritmo de una canción. Con el tiempo, comenzará a hacer movimientos más complejos como saltar y girar, lo cual continuará fortaleciendo sus músculos.
  • Motricidad fina: Cuando presione las teclas del piano, agite una maraca o mueva los dedos con la canción “Witzi witzi araña”, tu pequeña practicará movimientos precisos con los dedos que, más adelante, utilizará para escribir y manipular objetos.
  • Coordinación ojo-mano: Recuerda que tu hija imitará todo lo que haces. Conforme coordine lo que escuche con las indicaciones visuales que le muestres, trabajará su coordinación ojo-mano. Necesitará esta habilidad cuando vaya a la escuela y deba tomar nota de lo que dice la maestra o deba leer lo que está escrito en la pizarra.

La música motiva a tu pequeña a moverse y a coordinar tanto músculos pequeños, como los de las manos, como músculos grandes, como los de las piernas y torso. Cuando explores diferentes sonidos y música, anima a tu hija a trabajar su motricidad. Por ejemplo, si ves que ya es capaz de bailar al ritmo de una canción, dale un instrumento para que experimente con los sonidos mientras practica su coordinación y agarre. Bailen y disfruten de la música. Recuerda, lo más importante es que se divierta mientras estimulas su desarrollo.

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