Puntos clave:
1. Observa y comprende las necesidades de tu bebé desde el nacimiento.
2. Los colores normales de las heces del bebé son amarillo, verde o marrón.
3. El color de las heces está influenciado por la alimentación del bebé.
4. Diferentes colores pueden indicar problemas de salud; consulta con el pediatra para obtener orientación.
Si tu bebé hace popó a cada rato y poquito, te será de gran utilidad conocer la cantidad y frecuencia de deposiciones que es considerada como normal según su edad y tipo de alimentación.
Cuando mamá y papá se preguntan por qué mi bebé hace popó a cada rato y poquito, se encienden las alarmas sobre una posible diarrea. Esta enfermedad es una de las más comunes en personas de todas las edades, por lo que los bebés no son la excepción. A sabiendas de que tarde o temprano se contagiarán de ella, es importante que los padres sepan cómo actuar cuando se presenta.
De hecho, si has exclamado más de una vez ‘mi bebé hace popó a cada rato y poquito’, podría sorprenderte que es algo completamente normal, pues dada su condición de explorador de alimentos en este mundo, que es totalmente nuevo para ella o él, a su organismo le tomará cierto tiempo adaptarse a la digestión.
Sin embargo, cuando se confirma que un bebé hace popó a cada rato y poquito, se deben tomar medidas preventivas para evitar que la diarrea alcance niveles severos, un escenario en el que el bebé podría perder demasiado líquido, lo que podría comprometer su estado de salud.
En este artículo, te explicamos cómo saber identificar cualquier problema relacionado a la salud digestiva y nutricional de tu bebé en referencia a la cantidad de deposiciones, frecuencia, y en qué momento es necesario consultar con un pediatra.
¿Cuántas veces al día es normal que un bebé haga popó?
Lo primero que debes saber es que las deposiciones frecuentes y constantes en los bebés son completamente normales. Durante las primeras 48 horas de vida, los recién nacidos alimentados tanto con leche materna como con fórmula, harán el popó conocido como meconio, que irá cambiando de color verde a amarillo a partir del tercer y cuarto día. Estas deposiciones pueden ser entre 3 y 10 al día, con una textura aguada, suave o acuosa.
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A partir de las seis semanas, si todavía te preguntas ‘por qué mi bebé hace popó a cada rato’, es importante que sepas que a estas alturas las deposiciones son más frecuentes, por lo que puedes esperar mínimo 3 y máximo 12 diarias para bebés amamantados.
Si tu bebé se alimenta con fórmula, a las seis semanas es normal que evacúen entre una y cuatro veces al día. Todo cambiará en cuanto a la consistencia cuando comience la introducción de alimentos sólidos a su dieta, aunque la frecuencia de las evacuaciones seguirá siendo constante.
Cuando tienen cuatro meses, la frecuencia suele bajar a entre 2 y 4 evacuaciones por día. Sin embargo, médicos especialistas afirman que todo depende de cada caso específico, pues se considera completamente normal que algunos bebés hagan un poco de popó después de cada comida, sin falta, mientras que otros pueden hacerlo muy poco, incluso una sola vez por semana. Ambos casos son aceptables y ninguno de ellos implica diarrea o enfermedad intestinal.
En cuanto a los bebés alimentados con fórmula, la digestión suele hacerse más lenta, por lo que las deposiciones serán menores, entre una y dos al día, una diaria o una cada dos días luego de los primeros dos meses.
¿Cuánto popó hace un bebé normalmente?
Es difícil saber cuándo un bebé está haciendo demasiado popó. Específicamente la cantidad, podría considerarse normal siempre y cuando no se desborde del pañal o sea evidentemente excesiva, hasta el punto de generar preocupación en los papás que noten que su bebé hace popó a cada rato y poquito.
En ese sentido, para determinar si un bebé tiene diarrea o si sus evacuaciones son completamente normales, hay que tomar en cuenta variables como el tipo de alimentación, la edad exacta, la cantidad de leche o fórmula que consume, el color, olor y textura de las heces.
Para mantener un control sobre las deposiciones, te recomendamos llevar un registro de cuánto popó hace tu bebé y evaluar si se mantiene un patrón durante los momentos de evacuación. Podrás saber qué es normal según su edad, tomando como referencia los datos que te suministramos en el punto anterior.
¿Cómo saber si mi bebé tiene diarrea?
Para despejar la duda de ‘cómo saber si mi bebé tiene diarrea’, lo primero que debes hacer es precisar si tu pequeño o pequeña ha experimentado cambios drásticos en los patrones de sus deposiciones.
Por ejemplo, si durante dos o tres semanas se ha mantenido evacuando 4 veces al día, y de repente lo empieza a hacer ocho veces o más, es probable que tenga diarrea. Luego, es necesario analizar la textura del popó. Normalmente, el popó con diarrea es acuoso, delgado y con evidentes rastros de mucosidad.
¿Cuándo debería acudir al pediatra si noto anormalidades en el popó de mi bebé?
Una vez que hayas confirmado que la frecuencia de deposiciones de tu bebé ha aumentado drásticamente, y que el popó que evacúa tiene una especie de moco, es más fino de lo normal y algo acuoso, todo indica que se trata de una diarrea y lo más recomendable es asistir a tu pediatra, para que puedan aplicarle una evaluación médica.
Algunas deposiciones diarreicas se manifiestan cuando el popó del bebé es de color negro, blanquecino o con pequeños rastros rojos que podrían ser sangre del colon o del recto. También es normal que los bebés con diarrea evacuen con dolor, por lo que podrían llorar o gritar al momento de hacer popó.
Otros signos de que un bebé podría estar sufriendo de diarrea son deshidratación, resequedad en los labios y ojos demacrados o hundidos. En general, el aspecto o semblante físico del bebé cambia a causa del desequilibrio en la absorción de los electrolitos.
Por último, un dato importante a tomar en cuenta es que, a partir del primer año de vida (cuando ya consumen alimentos sólidos), el popó debería tornarse más sólido y mucho menos aguado que el de sus primeros 12 meses. Si la textura acuosa o líquida persiste después del primer año, consulta con un pediatra.
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