Puntos Clave:
1. Ansiedad por Separación y la Hora de Dormir: Los bebés de alrededor de un año pueden resistirse a dormir debido a la ansiedad por separación, una señal normal de un apego saludable.
2. Soluciones para el Sueño: Combate las dificultades para dormir manteniendo rutinas consistentes, creando un entorno de sueño cómodo e inculcando confianza.
3. Equilibrando Comodidad e Independencia: Ayuda a tu bebé a desarrollar una sensación de seguridad al tiempo que fomentas la auto-consolación a través de técnicas suaves y reaseguro.
Alrededor del primer año, incluso antes, los pequeños pueden comenzar a experimentar ansiedad por separación y resistirse a ir a la cama. Quieren permanecer con sus madres o seguir jugando. No les gusta la idea de que el día se haya terminado y no quieren separarse de mamá. De la misma forma, pueden volver a despertarse a mitad de la noche después de que, aparentemente, ya habían dominado este hábito. Si este es tu caso, ¡no te preocupes! La ansiedad por separación es una reacción totalmente normal y significa que se está formando una relación sana de apego entre ustedes. Sin embargo, esta reacción puede afectar su sueño y el tuyo también. Esta etapa puede preocupar y frustrar a los padres, además de que es muy cansado; por eso tenemos una serie de consejos que te ayudarán a ganar esta batalla.
- Continúa reforzando la rutina nocturna para relajar a tu pequeño e indicarle que ya ha llegado la hora de dormir. Esto le dará seguridad a tu hijo al brindarle consistencia y predictibilidad.
- Cerciórate de que su cuarto esté a una temperatura adecuada, ni muy caliente ni muy fría.
- No permitas que se quede despierto hasta tarde, ya que será más difícil acostarlo si está demasiado cansado. De igual forma, no intentes acostarlo muy temprano; intenta identificar su ritmo biológico para acostarlo a la mejor hora.
- Mantente relajada y segura. A pesar de sentir ansiedad o incluso frustración, muéstrale a tu pequeño que no hay ninguna razón para alterarse o sentir miedo. Si le das seguridad, se tranquilizará.
- Acuéstalo cuando esté adormilado, pero todavía despierto, y dale las buenas noches. Le puedes dar un beso, acariciar su espalda y decirle que lo quieres mucho; con ello le darás más seguridad.
- Durante el día, juega a las escondidas con sus peluches; con ello le enseñarás que, aunque no te pueda ver, volverás a aparecer.
- Consuélalo si se despierta muy alterado y no puede volverse a dormir. Sin embargo, procura que sea una visita breve sin levantarlo o estimularlo de más.