Puntos clave:
- Los niños preescolares usan gestos para comprender y comunicarse debido a su vocabulario limitado.
- La investigación destaca cómo estos gestos desempeñan un papel crucial en el aprendizaje y resolución de problemas de los niños.
- Observar los gestos de un niño proporciona información sobre su desarrollo cognitivo.
- El trabajo de Susan Goldin-Meadow subraya la importancia de los gestos en el aprendizaje de los niños.
Los niños de 3 o 4 años aún tienen un vocabulario muy limitado y sus explicaciones y procesos cognitivos son difíciles de entender cuando nos hablan. La pregunta de si los niños pequeños comprenden más de lo que pueden expresar ha intrigado a más de un científico cognitivo y ha dejado perplejos a muchos padres. Debido a eso, hoy contamos con una vasta literatura sobre cómo los gestos de los niños sirven como indicadores de su cognición, su proceso de aprendizaje y el modo en cómo representan el mundo sin usar palabras.
En 1986, Susan Goldin-Meadow y sus colegas del Departamento de Psicología de la Universidad de Chicago descubrieron que los gestos y los movimientos que hacen los niños cuando resuelven un problema o tratan de entender una idea matemática, abstracta o conceptual están correlacionados con qué tan eficaces y hábiles son ante esa tarea. En otras palabras, los niños usan movimientos corporales para entender mejor las cosas. Basándose en muchos estudios y experimentos, estos psicólogos concluyen que los gestos espontáneos ayudan a los pequeños a llevar a cabo una tarea que aún no dominan, y es el mecanismo que usan para indicarle a los adultos y cuidadores que están entendiendo cosas que no pueden expresar con palabras. Esto permite que los adultos se comuniquen mejor con ellos en momentos dados de la actividad, y les ayuda a los niños a transmitir un mensaje y evitar la frustración al no ser capaces de verbalizarlo.
Recientemente, Karen Pine y otros investigadores de la Universidad de Hertford descubrieron que los niños saben más cosas de las que pueden expresar, especialmente en relación a conocimientos implícitos o codificados en formatos espaciales y visuales. Por ejemplo, cómo resolver un problema, o las habilidades físicas o conceptos de equilibrio y velocidad. Varios estudios han demostrado que se puede codificar y «traducir» el significado de los gestos que los niños producen naturalmente cuando expresan que han aprendido algo o están resolviendo un problema.
La próxima vez que observes a tu hijo jugando o haciendo alguna actividad, trata de identificar los gestos o movimientos corporales que usa. Ahora sabes que mientras los hace está pasando por un proceso de aprendizaje y descifrando cosas por sí mismo.
En el siguiente enlace encontrarás el fascinante artículo de Goldin-Meadow publicado en 1993 en la revista Psychological Review:
http://www.cogsci.ucsd.edu/~nunez/COGS160/GoldinMeadow_et_al_PS.pdf