Uno de los desafíos de ser padre o madre es aprender cómo motivar a tu hijo a lo largo de su crecimiento. Por supuesto, esto no es un misterio para nadie, pero no por eso deja de ser un reto.
La buena noticia es que es posible desarrollar la motivación desde edades muy tempranas y este proceso no tiene que ser tedioso o difícil. De hecho, ¡puede ser muy divertido y una oportunidad para ser un padre o madre más cercanos!
Si quieres compartir momentos de motivación con tu hijo y ayudarle a crecer mejor, ¡te compartimos tres consejos para lograrlo!
1. Explota su curiosidad
Desde bebé, tu hijo desea aprender o experimentar cosas nuevas. Desde muy pequeños, los niños buscan sonidos, luces y texturas. Algo que los padres pueden hacer es exponer sus hijos a diferentes experiencias y objetos para seguir alimentando su curiosidad y ese deseo por explorar.
Con el avance de las tecnologías, es cierto que están disponibles miles de aplicaciones que pueden mantener ocupados a los niños, pero aunque algunos de estos elementos sí son educativos, ninguno reemplaza la exploración de lo tangible. Incluso cosas del día a día, como juegos distintos y paseos por el parque, harán que tu hijo se divierta y aprenda explotando su imaginación y curiosidad, y se sienta más motivado.
No lo decimos solo porque sí, ¡es ciencia! De acuerdo con el Centro de Desarrollo Infantil de la Universidad de Harvard, la motivación se produce cuando algunas señales químicas son enviadas por las neuronas desde ciertas zonas de nuestro cerebro a otras. Las experiencias hacen que estas señales químicas se produzcan y creen un sentido de recompensa. Tales experiencias también se conectan con las emociones y los recuerdos.
Como podrás darte cuenta por la explicación científica, exponer a tu niño a nuevas experiencias, ya sea contigo o por sí mismo, es importante para desarrollar su motivación.
2. Retos realistas en el proceso de motivar a mi niño
Es muy común que tu hijo se sienta atraído por retos en su vida diaria, desde aprender a ponerse de pie hasta lograr nuevos objetivos a lo largo su desarrollo. Sin embargo, si los retos a los que se enfrenta son muy simples o demasiado difíciles, es posible que no quiera intentar realizarlos.
Es importante «escuchar» a tu niño, saber qué le gusta y qué tipo de retos le atraen. Por ejemplo, tal vez prefiera las actividades artísticas o los juegos físicos. Pasar tiempo de juego con tu hijo te ayudará a conocer sus intereses.
3. Autonomía
Es importante darle a tus hijos cierta autonomía para que aprendan a tener confianza en sí mismos y no se asusten ante los retos futuros.
Para mantener la motivación, ellos deben sentirse con libertad para tomar ciertas decisiones; ayudados por ti y un espacio seguro, claro está. Puedes animar a tu pequeño a jugar solo o permitirle elegir el tipo de actividad o juego que realizarás con él.
¡Y listo! Sigue estos tres sencillos consejos y verás cómo tu niño se siente motivado y contento.
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