Como mamá, experimentarás esos momentos en los que tu bebé parece estar más irritable, tener hambre todo el tiempo o estar más pegajoso de lo usual. ¡Estos son signos de un brote de crecimiento! Una fase completamente natural en el desarrollo de tu hijo. Los brotes de crecimiento ocurren en diferentes momentos durante la infancia y, aunque pueden sentirse intensos, son una señal de que tu pequeño está creciendo y cambiando. En este artículo, te explicamos qué esperar durante estos brotes y te damos consejos para apoyar a tu bebé (¡y a ti misma!) durante ellos.
¿Cuándo ocurren los brotes de crecimiento?
Cada bebé es único, sin embargo, los brotes de crecimiento comunes suelen ocurrir alrededor de estas edades:
- 2-3 semanas
Tu bebé puede experimentar el primer brote de crecimiento, lo que puede provocar un aumento del hambre y más irritabilidad. Esto ocurre porque su cuerpo está pidiendo más nutrición para apoyar su rápido crecimiento.
- 6 semanas
Similar al brote de crecimiento de las 2-3 semanas, durante este periodo, tu bebé puede alimentarse más a menudo y parecer más irritable debido al rápido desarrollo que está ocurriendo en su cuerpo, lo que requiere energía extra.
- 3 meses
A los tres meses, los bebés experimentan una combinación de desarrollo físico y cognitivo. Puedes notar que se vuelven más alerta e interactivos a medida que sus habilidades motoras mejoran y comienzan a entender más del mundo que los rodea.
- 6 meses
Este es un gran brote de crecimiento. Tu bebé puede comenzar a rodar, sentarse y alcanzar objetos porque su cuerpo se desarrolla y se fortalece para permitir estas nuevas habilidades físicas.
- 9 meses
En este brote de crecimiento, los bebés comienzan a gatear, ya que sus músculos se fortalecen, lo que les permite explorar el mundo de manera diferente. También pueden comenzar a desarrollar movimientos más coordinados y un mayor interés por lo que los rodea.
Es muy normal que los brotes de crecimiento ocurran en momentos diferentes para cada bebé. Muchos factores, incluidos los genes, influyen en su momento y duración. Estos brotes son una parte normal del desarrollo de un niño, y aunque pueden ser desafiantes, también son una señal de un crecimiento saludable.
¿Cómo identificar un brote de crecimiento?
- Tu bebé puede querer amamantar o tomar el biberón con más frecuencia y durante más tiempo, ya que su cuerpo necesita más nutrición para apoyar el rápido crecimiento.
- Los brotes de crecimiento pueden hacer que los bebés estén más irritable y pegajosos, probablemente debido a las demandas de energía y los cambios en su cuerpo.
- Los bebés pueden dormir más o menos de lo habitual, ya que sus patrones de sueño a menudo cambian para adaptarse al crecimiento.
- A medida que siguen desarrollándose, los bebés se vuelven más curiosos y activos, impulsados por un mayor interés en explorar el mundo que los rodea.
¿Cómo apoyar a mi bebé durante un brote de crecimiento?
- Alimentaciones frecuentes: Las señales de hambre de tu bebé a veces pueden ser difíciles de interpretar, pero durante los brotes de crecimiento, puede necesitar amamantar o tomar el biberón más a menudo. Esto es completamente normal y parte de la necesidad de su cuerpo por energía extra durante el crecimiento rápido.
- Pedir ayuda: Es fácil sentir que necesitas hacerlo todo por ti misma, pero recuerda que está bien pedir ayuda. Ya sea que alguien se encargue de las tareas del hogar o brinde apoyo con otros niños o el cuidado del bebé, pedir ayuda no es una señal de debilidad. ¡Necesitas tiempo para recargar energías, y eso es esencial para tu bienestar!
- Paciencia y comprensión: Durante los brotes de crecimiento, tanto tú como tu bebé pueden sentirse abrumados. Ten paciencia con tu bebé y entiende que su mayor irritabilidad es temporal. ¡Sin embargo, recuerda ofrecerte a ti misma esa misma paciencia! La crianza no siempre es fácil, y estás haciendo un trabajo increíble. Ofrecerte la misma comprensión que le brindas a tu bebé ayudará a reducir el estrés y te permitirá estar más presente.
- Contacto piel con piel: El contacto piel con piel es una forma poderosa de vincularte con tu bebé y brindarle consuelo. Puede ayudar a regular su temperatura corporal, calmarlos y promover sentimientos de seguridad. Si es posible, tómate unos minutos a lo largo del día para tener este momento de unión. Puede ser parte de tu rutina diaria, ya sea al amamantar, sostener o simplemente relajarte con tu bebé cerca de ti. ¡Puedes probar esta actividad para practicar el contacto piel con piel!
- Establecer una rutina: Si bien los brotes de crecimiento pueden interrumpir los patrones habituales de tu bebé, mantener una rutina flexible puede ayudar a brindar consuelo y previsibilidad. Las rutinas pueden ayudar a tu bebé a sentirse más seguro, y saber cuándo esperar consuelo puede aliviar parte de la irritabilidad que viene con esta fase. Mantente adaptable, ya que es posible que necesites hacer algunos ajustes durante este tiempo de crecimiento, pero trata de mantener prácticas reconfortantes como los rituales antes de acostarse consistentes.
- Consulta a tu pediatra: Si estás preocupada por el crecimiento o el desarrollo de tu bebé durante un brote de crecimiento, no dudes en comunicarte con tu pediatra. Ellos pueden ayudarte a resolver tus preocupaciones, ya sea sobre la alimentación, el sueño o el comportamiento de tu bebé durante estos cambios.
¡Recuerda confiar en tu instinto como madre, y recuerda que ninguna pregunta es demasiado pequeña cuando se trata de la salud y el bienestar de tu hijo!