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¿Qué es la Matrescencia?

Puntos clave:

  • La Matrescencia es un período de búsqueda de identidad para las madres, similar a la adolescencia en los adolescentes durante la pubertad.
  • Es normal sentir una montaña rusa de emociones durante la maternidad y experimentar ambivalencia en la crianza.
  • Superar la idea de ser un padre o madre perfecto es esencial para abrazar la autenticidad y disfrutar del viaje de la crianza.
  • Reflexionar sobre patrones intergeneracionales en la crianza puede ayudar a establecer patrones más positivos y liberarse de expectativas poco realistas.

La Matrescencia es como la adolescencia, ¡pero para las mamás! Cuando las mujeres se convierten en madres, su cuerpo experimenta cambios hormonales significativos, al igual que los adolescentes durante la pubertad. La Dra. Alexandra Sachs descubrió que las madres pasan por un período de búsqueda de su nueva identidad y se sienten un poco confundidas. Convertirse en madre te cambia física, emocional y mentalmente.

Cuando nace un bebé, también nace una madre (¡o un padre!)

La mayor parte de la atención se centra en el bebé, pero las mamás también necesitan cuidados y apoyo. Los medios de comunicación a veces retratan la maternidad como pura felicidad y alegría constante, pero no siempre es así. Las mamás experimentan una montaña rusa de emociones, ¡y eso es perfectamente normal! Está bien sentirse cansada, feliz y triste al mismo tiempo. La matrescencia ayuda a normalizar estos sentimientos y luchas.

La ambivalencia es normal en la crianza

Se pueden experimentar diversas emociones simultáneamente. Puedes sentirte feliz, realizada, exhausta y ansiosa al mismo tiempo. Es esencial reconocer y aceptar estos sentimientos mixtos, ya que ayuda a construir un vínculo más fuerte con nuestro pequeño. Sentir cansancio y necesitar un tiempo para ti misma no significa que no ames a tus hijos. Puedes aceptar y abrazar estos sentimientos, sabiendo que son parte del viaje.

A veces tal vez pienses que tienes que ser la madre o padre perfecto, sacrificando todo por tus hijos. Pero la perfección no existe, y es fundamental superar estas expectativas poco realistas. Acepta el camino de crecimiento y redescubrimiento. Permítete ser auténtico y deja de lado la idea de ser el padre «perfecto».

Entendiendo los Patrones Intergeneracionales

Nuestra crianza puede influir en cómo criamos a nuestros hijos. Reflexiona sobre cómo tus propios padres o cuidadores se cuidaban a sí mismos, y si esos patrones están influyendo en tu crianza. Abre tu mente y corazón para mantener patrones positivos, y liberarte de aquellos que ya no te benefician a ti ni a tu pequeño.

Cada niño es único y el camino de cada padre es diferente. Evita compararte con otras mamás o papás. Ten seguridad en quién eres y en lo que funciona mejor para tu familia. Abraza la autenticidad y recuerda que ser tú mismo es lo mejor que puedes hacer por tu hijo.

Estrategias para integrar el cuidado personal y la autenticidad:

  • Pensamiento flexible: Amplía el área gris en la vida y cuestiona el pensamiento blanco y negro. Abraza la autocompasión y evita ser duro contigo misma. Permítete cometer errores y aprender de ellos.
  • Pedir ayuda: ¡Está bien pedir ayuda! La conexión social es vital para nuestro bienestar, y permitir que otros nos apoyen también beneficia a nuestros hijos. Sigues siendo un gran padre incluso cuando necesitas apoyo.
  • Practicar la autocompasión: Sé tu mejor amiga. Trátate con amabilidad, especialmente en momentos difíciles. Abraza la imperfección y recuerda que todos los padres cometen errores.
  • Disfruta del tiempo personal: Tómate momentos para salir mentalmente de las experiencias y apreciarlas. Los descansos conscientes durante el día pueden intensificar las emociones positivas y ayudarte a regular tus sentimientos.
  • Conexión social: Conecta con seres queridos y establece relaciones significativas. Incluso pequeñas interacciones con desconocidos pueden mejorar tu estado de ánimo y bienestar general.
  • Meditación mindfulness: Practica el mindfulness para ser consciente del momento presente sin juzgar. Puede aumentar tu bienestar y reducir la ansiedad y la depresión.

Recuerda, está bien ser un padre «suficientemente bueno». Abraza el viaje de la matrescencia con autenticidad, autocompasión y disposición para crecer. Cuídate a ti misma mientras cuidas de tu bebé, y crearás un ambiente amoroso y próspero para todos. Acepta las imperfecciones y las alegrías de la crianza, y recuerda que estás haciendo lo mejor que puedes, ¡y eso es suficiente!

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