Cuando tu bebé llegue al mundo, juntos comenzarán a recorrer un camino que estará lleno de aventuras, nuevas experiencias, aprendizajes y retos. Una de las actividades que les permitirá compartir muchos momentos juntos y que podrá ayudarlos a formar lazos afectivos es, sin duda, la lactancia con un recien nacido.
La leche materna es un gran regalo que puedes hacerle a tu recién nacido. Esta le proporciona todos los nutrientes necesarios para que crezca sano y fuerte, además de darle anticuerpos que apoyan a su sistema inmune, digestión y desarrollo cerebral. En los casos en los cuáles la lactancia materna es posible, esta puede traerle grandes beneficios a tu bebé.
Antes de comenzar la lactancia con tu recién nacido es recomendable que conozcas qué puedes esperar en los primeros días y semanas. Sigue leyendo para conocer la respuesta a las preguntas más frecuentes.
¿Cuándo puedo comenzar la lactancia con mi recién nacido?
Esta pregunta es muy común entre las madres primerizas y la respuesta es simple: lo más aconsejable es que empieces a amantar a tu pequeño en las primeras horas después del nacimiento.
Al comenzar a succionar tu pecho, tu bebé ayudará a que las células encargadas de iniciar el suministro de leche materna comiencen a trabajar. Por eso, la primera vez que tu bebé se alimenta de ti suele conocerse como la «hora mágica».
En caso de que el nacimiento de tu bebé no sea conforme al plan o la fecha esperada y no puedas comenzar a amamantarlo enseguida, ¡no te preocupes! Lo más importante es que procures comenzar a extraer leche de manera frecuente hasta que tu pequeño esté listo, siempre siguiendo las recomendaciones de tus doctores.
¿Qué posiciones son recomendables para amamantar?
Existen diferentes posiciones recomendadas por los expertos que puedes probar al amamantar. Lo ideal es que pruebes varias para encontrar aquella con la que tú y tu bebé se sienten más cómodos.
Al principio, mientras aprendes, estarás más cómoda si utilizas la misma mano para amamantar con ambos senos. Para hacerlo, coloca a tu bebé atravesado sobre tu regazo para alimentarlo de un pecho y apoya su cabeza sobre el otro brazo. Si tu pequeño tiene reflujo, puedes ayudarle manteniéndolo en una posición de 45 grados o un poco más vertical.
¿Qué sentiré al amamantar los primeros días?
Es posible que hayas escuchado que amamantar no debe doler. Sin embargo, es importante tomar en cuenta que durante los primeros días puedes experimentar lo que algunos especialistas llaman «alta sensibilidad» o simplemente incomodidad.
Toma en cuenta que tus pezones necesitan un poco de tiempo para acostumbrarse a la succión de tu bebé y él necesita practicar su agarre. Con un poco de paciencia, poco a poco, la sensación de dolor disminuirá. Esto puede tomar entre 2 y 3 semanas aproximadamente.
Otra manera de evitar que la lactancia con tu recién nacido te cause dolor, es cuidar que se pegue a tu pecho de manera adecuada. Cuando tu bebé vaya a alimentarse, trata de apuntar tu pezón hacia su paladar y sostener el seno. Esto le permitirá a tu bebé succionar tanto el pezón como un poco de tejido de la aureola. Esto puede impactar su ingesta de leche y reducir tu sensibilidad en los pechos.
Si el dolor se vuelve insoportable y es acompañado de fiebre, fatiga, escalofríos e inflamación; presentas zonas rojas, calientes, duras o sensibles al tacto en el pecho, es momento de consultar a tu doctor.
¿Qué pasa si mi bebé solo quiere alimentarse de uno mis senos?
Conforme tu bebé se vaya adaptando a la lactancia y perfeccione su agarre, es posible que descubra que prefiere uno de tus pechos. En este caso, puedes optar por dejarlo alimentarse por el tiempo que desee, aunque esto signifique que pase más tiempo en uno de tus senos.
Recuerda que al lactar, la leche va cambiando en el transcurso de una misma sesión de alimentación. Esto quiere decir que, al empezar, es posible que la leche sea algo acuosa, pero conforme pase el tiempo sea vuelva más cremosa y rica en grasa. Por esa razón, al dejar que tu niño se alimente hasta quedar satisfecho le permite aprovechar todos los beneficios de la leche materna.
Por otro lado, aunque permitas que tu bebé dedique más tiempo a alimentarse de uno de tus senos, es aconsejable que lo animes a tomar de ambos pechos. Al hacerlo, permitirás que el suministro de leche siempre sea el ideal en ambos lados. Algo que puede ayudarte con esto es alternar el pecho con el que inicias cada toma.
¿Cómo puedo saber si mi bebé toma suficiente leche materna?
Si te surgen dudas sobre si tu bebé se alimenta lo suficiente, existen algunas señales que pueden ayudarte a estar más segura. Algunas de estas, son:
- Tu pequeño mantiene su peso o no disminuye más del 7% tras el nacimiento
- Ensucia 6 o más pañales al día en los que puedes notar que su orina tiene un color tenue. En promedio cambiarás 6 pañales mojados y 4 sucios.
- Tras haberlo amamantado, espera alrededor de 3 horas antes de volver a pedir leche.
- Se alimenta entre 8 y 12 veces al día
Otra de las señales que podrías revisar son sus heces. En los primeros días, estas suelen ser de color oscuro y ensuciar dos pañales al día. Los siguientes días pueden pasar a ser de color amarillo o verde. Entre los días 5 y 7, las deposiciones de tu bebé podrían cambiar a ser amarillas y blandas con algunos grumos, y ensuciar 3 o 4 pañales diarios. Luego de eso, es posible que tu bebé defeque cada vez que lo alimentes, al menos, durante su primer mes de vida.
Por otro lado, nunca está de más consultar con tu pediatra todas las dudas que puedan surgirte sobre la lactancia con tu recién nacido y su evolución durante los primeros meses.
Hasta aquí ya hemos hablado sobre algunas cosas que podrías notar al comenzar la lactancia con tu recién nacido y te dimos algunos consejos para ayudarte durante los primeros días de este maravilloso proceso. Recuerda los grandes beneficios que le proporciona la leche materna a tu pequeño y no dudes en pedir ayuda y hablar con otras mamás que puedan acompañarte en esta etapa.
¿Tienes alguna duda sobre lo que hablamos en este artículo? ¡Escríbenos en la sección de comentarios!