Puntos clave:
- El control de las manos y la fuerza en los dedos son esenciales para el desarrollo de tu hijo.
- Las habilidades motoras finas, que incluyen la posición e aislamiento de los dedos, son la base de muchas tareas cotidianas.
- Estas habilidades también fomentan la concentración, la atención y la memoria.
- Brinda oportunidades para que tu hijo manipule juguetes y objetos y fortalezca estas habilidades.
Cuando tu pequeño sea capaz de manipular objetos, utensilios u otro tipo de herramientas para completar una tarea, te estará demostrando su fuerza en los dedos y sus habilidades de coordinación ojo-mano.
Logros importantes como aprender a gatear, ponerse de pie y caminar son fáciles de apreciar durante los primeros años de vida. Pero durante esos meses, los pequeños músculos de sus manos y dedos también le darán bases para su desarrollo cognitivo, social y emocional.
Los beneficios de la coordinación ojo-mano
Poco a poco, tu hijo pasará de tomar una sonaja con el puño a recoger objetos pequeños, a usar una manija para abrir un cajón y a manipular juguetes con partes móviles. Todas estas acciones necesitan de habilidades como la fuerza, el posicionamiento y el uso independiente de los dedos. Para poder realizar las tareas antes mencionadas, los niños deben aprender a crear ficción sobre el objeto que están tomando, mientras ejercen presión sobre el mismo para evitar tirarlo.
Cuando tu pequeño realiza acciones de motricidad fina, también desarrolla su concentración, atención y memoria. Cuando toma objetos pequeños con los dedos, se concentra para sujetarlos el tiempo suficiente y sin distracciones para poder colocarlos en un contenedor y repetir la tarea. La conciencia corporal también es importante para este proceso. Tu hijo debe saber dónde están sus dedos, cómo debe posicionarlos y moverlos y qué tanta presión debe ejercer con cada uno. En resumen, su coordinación de mano y procesos cognitivos trabajan en conjunto al momento de manipular objetos.
Aunque parezca muy obvio, la mejor manera de estimular estas habilidades es dándole a tu hijo muchas oportunidades para que manipule toda clase de juguetes y objetos (siempre y cuando no sean peligrosos). Rasgar papel, pasar las páginas de un libro, abrir cajones y puertas, y jugar con bloques de juguete reforzarán y seguirán desarrollando el control de mano y dedos de tu pequeño.
Con el tiempo y la práctica verás cómo tu hijo utiliza estas habilidades en distintas tareas de autocuidado como vestirse, cepillarse los dientes, abrocharse las cintas de los zapatos o abrir cajas. También influirá en habilidades cognitivas como poner atención en una tarea académica o demostrar capacidad intelectual durante una evaluación.
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