Tener un bebé es un momento monumental, pero seamos sinceros: también es un entrenamiento completo que deja adolorido hasta el último rincón de tu cuerpo. Después de nueve meses cargando a otro ser humano, tu cuerpo merece cuidados con mucho amor.
Conoce la fisioterapia postparto, el arma secreta que toda mamá debería tener en su radar. Ya sea que hayas pasado por un parto vaginal o una cesárea, la fisioterapia postparto puede ayudarte a recuperar tu cuerpo y volver a sentirte tú misma, un estiramiento suave a la vez.
¿Qué pasa con tu cuerpo después del parto?
Tu cuerpo acaba de pasar por la prueba de resistencia definitiva. Desde el aumento de peso que cambia tu postura hasta los ligamentos que se aflojan para el parto, el embarazo te transforma por dentro y por fuera.
El parto, ya sea vaginal o por cesárea, trae sus propios desafíos: dolor pélvico, incontinencia urinaria, diástasis de rectos (cuando los músculos abdominales se separan) y dolor lumbar son problemas comunes después del parto. Sin el cuidado adecuado, estos pueden generar molestias a largo plazo.
Aquí brilla la fisioterapia. No solo alivia estos dolores y molestias, sino que también ayuda a prevenir problemas futuros. Es como un botón de reinicio para tu cuerpo: un camino guiado hacia la recuperación con ejercicios diseñados específicamente para ti.
Hipopresivos: Un cambio de juego para el core
Una técnica suave pero increíblemente efectiva para la recuperación postparto son los ejercicios hipopresivos. Utilizan la respiración controlada y técnicas posturales para fortalecer tu core y suelo pélvico sin agregar presión a los tejidos en proceso de curación. Son especialmente útiles para tratar la diástasis de rectos y mejorar la función del suelo pélvico, ofreciendo una forma segura y de bajo impacto para restaurar fuerza y estabilidad.
Los hipopresivos no son solo ejercicios; son un salvavidas para reconstruir tu cuerpo desde adentro hacia afuera.
Masaje de cicatriz de cesárea: Un paso vital
Para las mamás que tuvieron cesárea, el masaje de cicatriz es crucial en la recuperación. Una vez que la incisión haya sanado completamente (generalmente después de 6-8 semanas), masajear la cicatriz puede prevenir rigidez, reducir el dolor y mejorar la flexibilidad.
Moviendo suavemente los tejidos por encima, debajo y alrededor de la cicatriz, puedes evitar adherencias y apoyar el proceso natural de curación de tu cuerpo. Solo cinco minutos diarios de masaje, con un poco de aceite aplicado antes, pueden marcar una gran diferencia en la comodidad y movilidad.
Cómo reincorporarte al movimiento
La regla de oro del ejercicio postparto: empieza despacio y con calma. Tu cuerpo necesita tiempo para sanar, así que guarda las maratones para más adelante. Durante las primeras seis semanas, concéntrate en actividades suaves como caminar y ejercicios para el suelo pélvico (hola, Kegels).
Estos ejercicios no solo fortalecen tu core, sino que también previenen problemas como la incontinencia. Consejo extra: combina tus Kegels con las sesiones de alimentación del bebé—es un logro multitarea.
De seis a doce semanas, puedes introducir ejercicios ligeros de fortalecimiento como inclinaciones pélvicas, estiramientos «gato-vaca» y ejercicios con las piernas. A partir de la semana doce, puedes comenzar a incorporar actividades aeróbicas de bajo impacto como natación o ciclismo, siempre escuchando a tu cuerpo.
Qué evitar
Aunque sea tentador regresar rápidamente a entrenamientos de alta intensidad, tu cuerpo te agradecerá que lo tomes con calma. Actividades como correr, entrenamientos de circuito o ejercicios abdominales intensos (como los abdominales tradicionales) pueden ejercer demasiada presión sobre los músculos y puntos de sutura en proceso de curación. Espera al menos 12 semanas para retomarlos y hazlo de forma gradual.
¿Por qué consultar a un fisioterapeuta?
Aunque abrazar a tu bebé es la mejor terapia, tu suelo pélvico podría opinar diferente. El embarazo y el parto pueden debilitar este grupo crítico de músculos que sostienen la vejiga, el intestino y el útero.
Un fisioterapeuta especializado en salud femenina puede ayudarte a fortalecer y reentrenar estos músculos, mejorando la función de la vejiga e intestino y reduciendo el dolor durante actividades (sí, incluso durante el sexo).
Para las mamás que tuvieron cesárea, la fisioterapia postparto es aún más crucial. Una cesárea es una cirugía mayor, y una rehabilitación adecuada es clave para manejar el tejido cicatricial, reducir el dolor y evitar complicaciones como el prolapso de órganos.
Un fisioterapeuta te guiará en ejercicios suaves y te enseñará cómo moverte conscientemente para proteger tu cuerpo en recuperación.
Cuándo buscar ayuda
Si estás lidiando con dolor pélvico persistente, incontinencia o esa molesta “barriguita de mamá” causada por la diástasis de rectos, no sufras en silencio. Un fisioterapeuta puede diseñar un plan personalizado para abordar estas preocupaciones y ayudarte a sentirte fuerte y segura nuevamente. Recuerda, no hay vergüenza en buscar ayuda—la recuperación postparto es una maratón, no cualquier cosa.
La maternidad es un viaje hermoso, pero no tiene que venir acompañado de dolores y molestias persistentes. La fisioterapia postparto es tu boleto a una recuperación más fluida, ayudándote a enfrentar problemas como dolor pélvico, problemas de postura e incontinencia.
Así que regálate el cuidado que mereces—te lo has ganado. Al fin y al cabo, una mamá saludable y feliz hace que su bebé también lo sea.