Si tienes hijos en la guardería o en el kínder, probablemente has oído hablar de la Enfermedad de Mano, Pie y Boca (EMPB). Y seamos honestos, solo escuchar sobre eso puede hacerte sentir un poco incómodo. ¡Pero no te preocupes! Aunque es súper contagiosa y común entre los pequeños, es manejable y, por lo general, se resuelve sin mayores complicaciones.
Aquí tienes todo lo que necesitas saber para enfrentar esta enfermedad (no tan divertida, pero tampoco tan grave).
¿Qué es la Enfermedad de Mano, Pie y Boca?
Piensa en esta enfermedad como ese invitado no deseado en ambientes de cuidado infantil: es una infección viral que adora aparecer cuando los niños pasan mucho tiempo juntos. Suele venir acompañada de fiebre, llagas en la boca y un sarpullido en las manos y los pies. ¿Suena intenso? La buena noticia es que la mayoría de los niños se recuperan en una semana o 10 días.
Etapa 1: Los primeros síntomas
El primer signo de la EMPB suele ser dolor de garganta, fiebre alta y un niño irritable que no quiere comer. Estos síntomas iniciales son tu señal de que algo está pasando.
Etapa 2: ¡Qué dolor!
Después aparecen esas pequeñas y dolorosas úlceras en la boca. Hacen que comer, beber e incluso hablar sea incómodo. Aquí es cuando la hidratación se vuelve súper importante—nadie quiere lidiar con un niño deshidratado con todo lo demás.
Progresión: Manchas y ampollas
Aquí es donde la EMPB obtiene su nombre. Un sarpullido comienza a aparecer en las manos, los pies y, a veces, en el área del pañal o la ingle. Puede verse rosado, rojo o incluso más oscuro que el tono de piel de tu hijo al principio. Con el tiempo, se convierte en pequeñas ampollas grises o más claras. Aunque parece dramático, generalmente no causa picazón, y los niños lo manejan bastante bien.
Prevención: Tu mejor aliado
La EMPB es súper contagiosa, incluso para niños mayores y adultos, por lo que detener su propagación es clave. Aquí tienes algunos consejos:
- Lávate las manos con frecuencia (te sentirás como un disco rayado, ¡pero funciona!).
- Desinfecta juguetes, manijas de puertas y otras áreas de alto contacto.
- Enseña a los niños a cubrirse la boca al toser o estornudar y a usar pañuelos (¡y tirarlos de inmediato!).
- Mantén a los niños enfermos en casa hasta que se sientan mejor—sin fiebre, sin problema.
Cómo se contagia
A la Enfermedad de Mano, Pie y Boca le encanta el contacto cercano—piensa en juguetes compartidos, estornudos e incluso abrazos. Se propaga a través de saliva, mucosidad nasal, gotas respiratorias e incluso cambios de pañal. Sí, este virus es muy completo.
Tratamiento: Descanso y cuidados
No hay una cura mágica para la EMPB, pero mucho amor y cuidado básico pueden ayudar a que tu pequeño se sienta mejor:
- Trata la fiebre y el dolor con medicamentos de venta libre (¡pero nada de aspirina! Consulta a tu pediatra para saber la dosis exacta).
- Mantén a tu hijo hidratado—pequeños sorbos de agua o bebidas frías pueden ser reconfortantes.
- Mantén la higiene para contener el virus.
¿Cuándo preocuparse?
Aunque la EMPB suele ser leve, llama a tu médico si tu hijo tiene fiebre muy alta, está orinando menos de lo normal o si los síntomas duran más de 10 días.
El lado positivo
La EMPB puede no ser divertida, pero rara vez es grave. Es probable que tu hijo vuelva a ser alegre y juguetón en una semana aproximadamente. Y como beneficio adicional, ahora tendrá algo de inmunidad al virus.
Toma un respiro, abastece tu casa de jabón y pañuelos, y recuerda: ¡tú puedes con esto! La Enfermedad de Mano, Pie y Boca puede ser molesta, pero con un poco de paciencia y mucho lavado de manos, tú y tu pequeño volverán a la normalidad en poco tiempo.