Puntos clave:
1. Los años preescolares muestran una variación significativa en el desarrollo del lenguaje.
2. Hablar mucho no equivale a inteligencia o riqueza de vocabulario.
3. Las diferencias en el lenguaje suelen nivelarse al llegar a la edad escolar, pero los retrasos pueden persistir.
4. Los retrasos en el lenguaje pueden requerir ayuda profesional, como terapia del habla y el lenguaje.
Los años de preescolar son un periodo de muchas variaciones en los niveles de adquisición del lenguaje de los niños. Algunos lo desarrollan a un ritmo estable, mientras que otros no. Algunos pequeños hablan mucho más que otros, pero eso no significa que sean más inteligentes o que tengan un vocabulario más amplio. Simplemente, los niños más callados son más selectivos a la hora de hablar. Estas diferencias del desarrollo tienden a nivelarse cuando los pequeños alcanzan la edad escolar, pero a veces ese no es el caso y puede existir un retraso en la adquisición del lenguaje.
Según la Academia Americana de Pediatría, a los dos años los bebés deben ser capaces de:
- Apuntar a muchas partes del cuerpo y objetos cotidianos
- Apuntar a imágenes en un libro
- Obedecer instrucciones individuales sin necesidad de ver gestos ilustrativos, por ejemplo «Tráeme tus zapatos»
- Decir entre 50 y 100 palabras
- Decir frases de dos palabras como «papá, ven» o «quiero más»
- Decir algunas frases de tres palabras como «quiero vaso agua» o «beso de mamá».
- Ser comprendido por otras personas en algunas ocasiones
Cuando los niños tienen problemas en su lenguaje receptivo (entender las palabras) les cuesta trabajo entender lo que significan los gestos, no puede seguir instrucciones, contestar preguntas, apuntar a objetos o imágenes, o entender cómo funcionan los turnos de habla en una conversación. Por otro lado, cuando los niños tienen problemas con su lenguaje expresivo (la capacidad de hablar) les cuesta trabajo hacer preguntas, nombrar objetos, usar gestos, construir oraciones, aprender canciones y rimas, usar los pronombres correctamente, mantener una conversación y cambiar su forma de hablar dependiendo de la persona y de la situación. Muchos niños suelen tener tanto problemas para hablar como para entender.
A veces un retraso en la adquisición del lenguaje es algo temporal que desaparece con el tiempo y con la ayuda de familiares y amigos. Anima a tu pequeño a hablar y tenle paciencia. Si te preocupa que tu hijo tenga un problema del desarrollo del lenguaje, habla con tu pediatra. Lo primero que hará será revisar que no haya algún problema físico que esté retrasando la adquisición del lenguaje, como un problema auditivo. Una vez hecho esto, te referirá con un profesional de las patologías del lenguaje que ayudará a tu pequeño a aprender a comunicarse.