Puntos clave:
1. El desarrollo de la memoria en los niños está estrechamente relacionado con su conocimiento y experiencias previas.
2. La capacidad de un niño para codificar y recordar memorias mejora a medida que crece su conocimiento previo.
3. Involucrar a los niños en juegos y experiencias sensoriales mejora sus habilidades de memoria.
4. La música, imágenes atractivas y un buen sueño desempeñan un papel crucial en potenciar la memoria de un niño.
Por experiencia propia, ya sabes que la memoria no solo es algo que debe ejercitarse constantemente, sino que se correlaciona con lo que sabemos y aprendemos. Por ejemplo, aprender un nuevo idioma es mucho más fácil si ya eres versado en más de uno. Del mismo modo, la capacidad de tu hijo para codificar nuevos recuerdos y recordarlos correctamente crece conforme su conocimiento del mundo se expande. Siguiendo las guías sobre el desarrollo temprano de la Academia Americana de Pediatría (AAP), entre los 3 y 4 años de edad el desarrollo cognitivo de tu pequeño aumentará exponencialmente conforme aprenda a hablar, entienda las relaciones y diferencias entre los objetos, y aprenda conceptos como el tiempo, tamaño, forma, etc. Así que, es de esperar que su memoria también aumente rápidamente durante este periodo.
Estas son algunas ideas de cómo estimular la memoria de tu hijo:
- Jueguen juntos. Juegos simples como «Veo, veo» son perfectos para fomentar la memoria, especialmente si mantienes interesado a tu hijo usando sus juguetes favoritos.
- Utiliza la mayor cantidad de sentidos. Cuando se procesa la información a través de varios sentidos, el cerebro puede memorizar un evento o situación con más facilidad.
- Hazlo musical. La música y las canciones son excelentes detonadores de memoria. Ayuda a tu hijo a memorizar cosas cantando juntos y pidiéndole que complete la letra de la canción.
- Miren fotos de eventos familiares o de sus vacaciones. Ayúdale a identificar a los miembros de la familia o pídele que te cuente qué hicieron ese día.
- No olvides que el sueño es necesario para almacenar recuerdos nuevos. Según la AAP, los niños pequeños necesitan dormir entre 11 y 13 horas diarias, siestas incluidas.