Puntos clave:
1. Correr es un hito importante en el desarrollo de habilidades motoras gruesas entre los 18 y 36 meses.
2. Fomente actividades que mejoren el equilibrio y las habilidades espaciales.
3. El juego activo y actividades físicas durante al menos 30 minutos al día son fundamentales.
4. Fomente la adquisición de habilidades a través de la observación, la imaginación, la imitación, la práctica y la motivación.
Dentro del área de desarrollo físico, existen diversas habilidades que tu pequeño dominará poco a poco. Si nos enfocamos en las habilidades motrices gruesas, existe un hito muy emocionante que los niños alcanzan entre los 18 y 36 meses de vida: correr.
El cerebro, los músculos y los nervios de tu pequeño continúan en desarrollo, por lo tanto, es importante apoyar la adquisición de nuevas habilidades. A veces pensamos que el desarrollo se llevará a cabo por sí solo, como por instinto. Sin embargo, estudios recientes han demostrado que las actividades en las que tú y tu pequeño se involucran pueden tener un gran impacto en sus habilidades.
12-24 meses
Una señal de que tu pequeño está a punto de correr es su mayor interés en subir y bajar escaleras, bailar o saltar. Estas son señales de que sus músculos son cada vez más fuertes y se están preparando para correr. Para lograrlo, debe perfeccionar su equilibrio y desarrollar sus habilidades espaciales, las cuales le ayudarán a ser un mejor corredor.
¿Cómo lo puedes ayudar durante esta etapa? Crea un juego en el que tenga que sentarse y levantarse de una silla repetitivamente, como por ejemplo el juego de las sillas. Esta actividad estimulará sus habilidades espaciales, planeación de movimientos, equilibrio, fortaleza muscular y seguimiento de instrucciones.
También es recomendable darle indicaciones cuando esté en movimiento para estimular el área cognitiva, como por ejemplo “¡Para ahí!”, o “¡Espérame!”. Es probable que tu hijo no siga las indicaciones a la primera, pero poco a poco verás que comienza a comprender a qué te refieres, encontrando la relación entre la instrucción y sus acciones. Esto repercutirá en su control muscular, mientras trabaja su comprensión del lenguaje y de la causa y el efecto.
24-36 meses
Durante esta etapa observarás que sus movimientos son más coordinados, que mantiene el equilibrio por más tiempo, puede saltar mientras sostiene algo en la mano, tiene mejores reflejos
y tal vez ya hasta corra distancias cortas.
Se recomienda que tu pequeño haga al menos 30 minutos de actividad física todos los días y 60 minutos de juego libre. No es recomendable que esté inactivo por más de 60 minutos. En lugar de que vea una película, llévalo al parque, sigan las líneas en el suelo o jueguen al avioncito.
Este tipo de actividades fortalecerán sus músculos, refinarán las habilidades ya adquiridas y harán que tu pequeño se sienta más seguro al experimentar con nuevos movimientos. Por ejemplo, al correr sobre diferentes superficies, girar mientras corre o practicar un mayor control sobre sus brazos. Además, se divertirán mucho juntos.
36-48 meses
Durante esta etapa verás que tu hijo se está convirtiendo en un pequeño muy activo. Ahora sus habilidades motrices gruesas serán mucho más variadas, podrá dominar algunos hitos locomotores como correr y saltar, su equilibrio mejorará significativamente y también comenzará a adquirir habilidades como atrapar, lanzar y patear una pelota.
¿Cómo estimular las nuevas habilidades de tu pequeño en esta etapa? Además de la importancia del juego activo que hemos mencionado antes, él estará listo para que incluyas un pequeño proceso que le ayude a adquirir habilidades nuevas. Lo mostramos a continuación usando un pequeño ejemplo de cómo llevar a cabo cada uno de los pasos.
- Observa la conducta en otros: Haz que tu pequeño observe cómo papá patea la pelota para meter un gol.
- Forma una imagen de la conducta: Pídele a tu pequeño que imagine y describa cómo papá se acercó a la pelota y hacia dónde la pateó.
- Imita la conducta: Ahora tu pequeño debe pararse a un lado de papá, e intentar patear la pelota de la misma manera.
- Practica la conducta: Es muy probable que falle las primeras veces, así que asegúrense que lo vuelva a intentar.
- Es motivado a repetir la conducta: Recuerda que la motivación que le den lo hará sentir más confiado y querrá intentarlo de nuevo. Díganle que saben que puede hacerlo para que se sienta cómodo y siga practicando.
Alrededor de los 3 años tu pequeño necesitará muchas oportunidades para practicar estas habilidades. Intenta dejar que resuelva solo las situaciones en las que falla y, cuando notes que no lo logra después de muchos intentos, ayúdale guiando la conducta de tu pequeño.
No olvides que uno de los objetivos es que realicen estas actividades juntos. Un ambiente de seguridad y confianza fomentará un mejor desarrollo. Qué mejor manera de otorgarle este ambiente que jugando con él mientras desarrollas otras habilidades.