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¿Por qué es importante entender el temperamento de tu hijo?

dos hermanitos jugando y divirtiéndose con una caja

Puntos clave:

  1. El temperamento es innato y parte del cableado único del cerebro de cada individuo, separado de las habilidades parentales.
  2. El temperamento se compone de nueve características clave, que incluyen el nivel de actividad, la adaptabilidad y la capacidad de atención.
  3. Comprender el temperamento de su hijo puede ayudarle a apreciar su singularidad y a tomar decisiones parentales que le ayuden a adaptarse y prosperar.
  4. El objetivo como padre no es cambiar el temperamento de su hijo sino aceptarlo tal como es y ayudarlo a adaptarse a su entorno.

¿Por qué algunos niños son muy amigables, mientras que otros son más “difíciles”? ¿Por qué los hermanos son tan diferentes entre sí? Es porque tienen temperamentos diferentes.

El temperamento es algo innato, algo con lo que nacemos. Forma parte de las conexiones cerebrales únicas de cada individuo. Tu hijo no escogió su temperamento, y no actúa de esa manera porque hayas o no hecho algo; aunque las experiencias tempranas y las interacciones con otras personas durante los primeros años de vida pueden modificarlo un poco.

Cuando tu hijo comience a ir a la escuela, su temperamento ya estará bien definido y los que lo conozcan lo detectarán fácilmente. Es muy probable que su forma de ser no cambie mucho en un futuro. Como ya lo mencionamos, estas características son innatas, son algo con lo que tu hijo nació y son independientes de tus habilidades de crianza. Sin embargo, la manera en cómo tu pequeño se adapte a su ambiente dependerá mucho de la interacción entre su temperamento y el tuyo, y de cómo responden las personas que lo rodean. Un niño que está cómodo en su ambiente y con las personas que conoce, prosperará.


De acuerdo con la Academia Americana de Pediatría, el temperamento tiene nueve características.

  • Nivel de actividad: ¿Qué tan físicamente activo es tu hijo en su vida cotidiana? ¿Es muy inquieto o es más tranquilo?
  • Ritmo y regularidad: ¿Tiene patrones consistentes de funciones fisiológicas como el apetito, sueño o deposiciones?
  • Acercamiento o retraimiento: ¿Cómo responde tu hijo ante nuevos estímulos? ¿Se aproxima a ellos rápidamente y de forma atrevida o se toma su tiempo y duda? Esto puede darse con personas, situaciones, lugares, alimentos, cambios de rutina u otras transiciones.
  • Adaptabilidad: ¿Qué tan fácilmente se adapta a los cambios o situaciones nuevas? ¿También puede modificar sus reacciones?
  • Intensidad: Por lo regular, ¿qué tan enérgicamente responde ante una situación positiva o negativa?
  • Humor: Por lo general, ¿tu hijo es agradable o antipático cuando se comunica o actúa? ¿Cómo describirías su humor?
  • Periodos de atención: ¿Tu hijo es capaz de concentrarse en una tarea, haya o no distracciones?
  • Tendencia a distraerse: ¿Qué tan fácilmente se distrae de una tarea por culpa de estímulos ambientales?
  • Umbral sensorial: ¿Qué tanto debes estimular a tu hijo para obtener una respuesta? Algunos niños reaccionan ante cualquier estímulo, mientras que otros necesitan ser bombardeados por ellos.

Al ser consciente de algunas características del temperamento, podrás entender mejor a tu hijo, aprender a aceptarlo y, lo más importante, apreciar su singularidad. A partir de ese punto, lidiarás con problemas o situaciones de una forma más adecuada para él, estimulando un desarrollo socioemocional saludable.

Toma en cuenta el temperamento de tu hijo cuando tomes decisiones de crianza. El objetivo no es cambiar a tu pequeño, sino ayudarle a adaptarse y prosperar. Asegúrate de decirle que lo aceptas tal y como es a través de tus palabras y acciones.

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4 Responses

  1. Como psicóloga, me siento en el deber de contestar a este post para aclarar que NO es cierto que el temperamento de un niño o su personalidad sea algo innato. Cierto es que nacen con ciertos reflejos y predisposiciones innatas, pero todo lo demás se va configurando y desarrollando a lo largo de su historia de aprendizaje. En ello tenemos mucho que ver los padres y la educación que van recibiendo. Después, otros procesos de influencia importantes vendrán de sus círculos de iguales y experiencias propias indudablemente. La personalidad no es innata, sino que se puede modificar, otra cosa es que se quiera o que no cueste trabajo. Y difundir lo contrario es arriesgado. Es muy cómodo pensar que somos como somos y que no podemos hacer nada al respecto, pero no es así. En nuestras manos está el poder cambiar. El cambio sí es posible.

    1. ¡Hola Gala! Gracias por leer nuestro blog y por escribirnos. Como mencionamos, las experiencias tempranas y las interacciones con otras personas tienen influencia en el temperamento del bebé. Asimismo, nos comentas que los padres y la educación tienen mucho que ver y es cierto, tienen un peso muy importante.

  2. Como mamá coincido en que el temperamento, mas no la personalidad es innata, aunque por supuesto que se ve afectada por la crianza. Quizá sea mi imaginación o no, pero incluso desde el embarazo se puede sentir a un niño de carácter fuerte o muy activo.

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