Puntos clave:
1. Las primeras oraciones de los niños son un hito importante en el desarrollo del lenguaje.
2. Entre los 18 y 24 meses, comienzan a formar frases de dos palabras.
3. A los cuatro años, la mayoría de los niños pueden construir oraciones de tres a seis palabras.
4. Para ayudarlos a desarrollar oraciones más largas, evite el lenguaje infantil, fomente la conversación, escuche activamente y amplíe sus palabras.
Las primeras palabras de tu hijo probablemente fueron muy emocionantes, pero eso no fue nada comparado con sus primeros intentos de unir palabras en oraciones. Este es un importante hito del desarrollo del lenguaje. Descubre qué es lo que puedes esperar de las futuras habilidades lingüísticas de tu pequeño y cuándo comenzarán a manifestarse.
Entre los 18 y 24 meses de edad, muchos niños comienzan a unir dos palabras para formar frases simples. Por ejemplo, tal vez escuchaste a tu pequeño decir cosas como «Mamá ven» o «Mi pelota». Sin importar qué frase hubiera inventado, tu hijo probablemente adoraba repetirla una y otra vez para tratar de dejar claro su mensaje. Sin embargo, como aún estaba trabajando en su pronunciación, muchas veces era difícil entender qué trataba de decir.
Ahora, tu hijo de dos años ya ha incluido muchas nuevas palabras a su vocabulario y las usa para formar oraciones. Estas ahora pueden manifestarse en forma de pregunta: «¿Jugar parque?». Los años de preescolar serán un periodo de rápido progreso en el desarrollo lingüístico de tu pequeño. Al acercarse a los cuatro años, muchos niños ya pueden construir oraciones de entre tres y seis palabras. Son oraciones simples, pero completas. Su habla se vuelve más clara y ahora es más sencillo para la gente ajena a la familia pueda entender lo que dicen.
¿Cómo puedes ayudar a tu hijo a aprender a hablar con oraciones completas? Estos son algunos consejos:
- Primero que nada, ya no le hables como si fuera un bebé. En vez de eso, habla claramente y usa palabras simples, pero correctas, para que tu hijo comience a repetirlas.
- Dale muchas oportunidades para hablar. Inclúyelo en las conversaciones y hazle preguntas abiertas sobre su día, sobre lo que le gusta o no le gusta, etc.
- Escúchalo atentamente y respóndele adecuadamente. Sé paciente, no lo interrumpas ni termines sus frases.
- Amplia lo que dijo. Por ejemplo, si te dice «Quiero jugar», respóndele «¡Muy bien, vamos! ¿Quieres jugar afuera?». Responde a sus palabras con más palabras.