Puntos clave:
- La cuestión de cuándo, por qué y cómo los niños se vuelven conscientes de sí mismos ha sido una investigación crucial para la psicología del desarrollo.
- El psicólogo e investigador Daniel Stern sacó conclusiones de sus experimentos con bebés y niños pequeños y presentó las primeras pruebas de la autoconciencia en los niños pequeños.
- Stern realizó un experimento en el que marcó las caras de los niños con colorete y observó sus reacciones cuando se veían en un espejo.
- Hay varias maneras en que los niños pueden demostrar una mayor conciencia de sí mismos, incluido el uso de pronombres para referirse a sí mismos, expresar lo que les gusta y lo que no les gusta y mostrar interés en las amistades y la empatía.
Los padres sienten curiosidad por esto, pero, durante décadas, la psicología del desarrollo también se ha preguntado cuándo, por qué y cómo es que los niños desarrollan su autoconocimiento. En el libro The Interpersonal World of the Infant (El mundo interpersonal del niño), publicado en 1985, el psicólogo e investigador Daniel Stern sacó conclusiones de sus experimentos con bebés y niños pequeños y presentó la primera evidencia de autoconocimiento infantil.
En uno de sus experimentos conductuales, colocó a niños de entre 12 y 30 meses de edad frente a un espejo y, sin que los niños lo notaran o estuvieran conscientes de ello, los marcó en la cara con un poco de rubor. Observó que, al estar frente a un espejo, los niños menores de 18 meses no se daban cuenta de que lo que estaba frente a ellos era su propio reflejo. Por otra parte, muchos de los mayores de 18 meses, cuando veían su cara manchada en el reflejo, inmediatamente se tocaban la cara en vez del espejo. Gracias a sus descubrimientos, ahora sabemos que entre los 2 y 3 años de edad los niños experimentan cambios importantes en su habilidad de autoconocimiento.
Existen muchas maneras en que tu hija demostrará su autoconocimiento. Por ejemplo, cuando use pronombres personales para referirse a sí misma, cuando diga lo que le gusta y lo que no, cuando demuestre preferencias por ropa, comida, animales o personajes; cuando use los nombres de las personas que ya conoce, incluido el suyo; y, conforme se desarrolle más socioemocionalmente, cuando se interese por tener amigos, se aventure a compartir sus juguetes y muestre empatía.
