La preeclampsia es una complicación seria del embarazo, y se caracteriza principalmente por la presión arterial alta. ¿Sabías que alrededor del 5% de las mujeres embarazadas la sufren? Su aparición suele darse alrededor de la semana 37, aunque también puede suceder durante o después del parto.
Aunque sus síntomas no siempre son muy notorios, es una complicación que puede ser peligrosa tanto para ti como para tu bebé. Además, cuanto antes aparezca, más riesgo corren los dos.
¿Pero por qué es tan peligrosa la preeclampsia?
Cuando la sufres, tus vasos sanguíneos se contraen de más, la presión arterial sube y el flujo sanguíneo a los órganos de tu cuerpo baja. Esto puede afectar seriamente a órganos importantes como el cerebro y el hígado. Y como si fuera poco, el flujo sanguíneo hacia el útero, donde está tu bebé, también se ve afectado. Si la preeclampsia es muy seria, es posible que tu bebé tenga que nacer antes de tiempo, porque esta complicación puede causar problemas en varios órganos de su cuerpo.
¿Cuáles son los síntomas?
La hinchazón es un síntoma prominente. Durante el embarazo, es normal tener los pies muy hinchados, pero si notas que la hinchazón aparece sin razón aparente, puede ser una señal de preeclampsia. Los lugares más comunes para la hinchazón son los ojos, la cara o los pies. A veces, la hinchazón viene acompañada de otros invitados inoportunos como el dolor de cabeza, las náuseas, los cambios en la vista o el dolor en la parte de arriba del abdomen. Eso sí, no todas las futuras mamás tienen estos síntomas, o pueden confundirse con los malestares normales del embarazo. Así que, para salir de dudas, es importante que tu doctor te revise en cada visita prenatal.
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Algunos factores que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar preeclampsia incluyen tener antecedentes familiares de preeclampsia, ser primeriza, tener más de 35 años, tener obesidad o múltiples embarazos, y tener ciertas condiciones médicas preexistentes como hipertensión arterial crónica o diabetes.
Recuerda que tu médico es tu mejor aliado. Así que, si en algún momento sientes que algo no está del todo bien y sospechas que podrías tener preeclampsia, no dudes en llamar a tu médico de inmediato.
