Puntos clave:
- La simpatía va más allá de la empatía al motivar a tomar medidas para aliviar el sufrimiento de alguien, lo que conduce a comportamientos empáticos.
- Un estudio encontró que los niños, especialmente los de 8 años, tienden a compartir más con aquellos en condiciones «necesitadas», lo que demuestra su creciente capacidad para comprender las circunstancias de los demás.
- El desarrollo de la simpatía en los niños se ve influenciado por su capacidad para adoptar la perspectiva de otro y considerar sus experiencias y emociones únicas.
- Fomentar conversaciones sobre el comportamiento, los sentimientos y las motivaciones de los personajes, así como ayudar a los niños a encontrar similitudes con los demás, puede fomentar la simpatía en los más pequeños.
En un mundo que a veces parece estar lleno de conflicto, los padres y cuidadores esperan que sus hijos crezcan para ser amables y corteses con los demás. Pero ¿hay algo que podamos hacer para enseñarle a nuestros hijos a ser compasivos y benevolentes? ¿Cómo pueden los niños aprender a tener en cuenta las circunstancias de los demás?
La solidaridad es diferente a la empatía, ya que la primera implica una acción. Así, en lugar solo sentir lo que otro está sintiendo, la solidaridad guía a la acción; hace que la gente piense en maneras de aliviar la angustia de los demás. Las personas que sienten compasión tienden a involucrarse en conductas pro-sociales, tales como reconfortar, ayudar y compartir.
Un estudio reciente llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Toronto, Universidad de Plymouth y la Universidad de Pavía, Italia, exploró cómo comparten los niños de diferentes edades. En el estudio, 160 niños de 4 y 8 años de edad recibieron 6 pegatinas atractivas. Luego, se les dio la oportunidad de compartir esas pegatinas con un niño que mostraban en una imagen. El niño en la imagen se mostraba en diferentes condiciones que incluían: «necesitado» («Él/Ella está triste», «Él/Ella no tiene juguetes») y «no necesitados/neutral» («El niño tiene 4 u 8 años de edad, igual que tú»).
Los investigadores encontraron que los niños tendían a compartir más con el niño «necesitado». Los de 8 años de edad compartían en promedio el 70% de sus pegatinas con el destinatario necesitado (contra el 47% con el receptor neutro), mientras que los de 4 años solo compartían el 45% de sus pegatinas con el receptor necesitado (en comparación al 33% que lo hicieron con la condición neutra).
Así que la pregunta principal es ¿por qué los niños de 8 años comparten más?
La respuesta está en la creciente capacidad de los niños para ponerse en los zapatos de los demás. Además de sentir preocupación por ellos, la capacidad para entender las circunstancias de los demás aumenta los comportamientos solidarios de ayudar o compartir, y demuestra que los niños son sensibles a la condición de los demás.
Los niños realmente pueden mostrar empatía emocional desde el principio, pero a medida que desarrollan las habilidades para tomar en cuenta diferentes perspectivas, tienden a mostrar mayores niveles de solidaridad. Por ejemplo, reconociendo que otros pueden tener diferentes deseos, experiencias y emociones que ellos tienen. En este estudio, la decisión de los niños de 8 años de compartir fue guiada por la solidaridad, tomando en cuenta la información de la situación del niño en la imagen.
En otro estudio, el investigador Brad Farrant encontró que los niños entre 4 y 6 años de edad mostraron más acciones de ayuda y cuidado cuando sus madres los animaban a ver las cosas desde la perspectiva de otro niño. En otras palabras, participar en conversaciones con tu pequeña sobre las necesidades de los demás, sus sentimientos y sus deseos ¡podría ayudarla a desarrollar la solidaridad!
Debajo te presentamos 5 consejos que pueden ayudar a tu pequeña a desarrollar la solidaridad hacia los demás:
- Utiliza libros para iniciar una conversación acerca de los comportamientos, decisiones y motivaciones de los personajes. Trata de hacer preguntas abiertas, como «¿Por qué crees que se comportó de esa manera?» o «¿Por qué su elección afecta a otras personas?».
- Ayuda a tu hija a verbalizar sus propios sentimientos para que aprenda a reconocer las emociones de los demás.
- Antes de buscar diferencias entre los demás, ayúdala a encontrar similitudes.
- Diviértanse con juegos de roles y anima a tu pequeña a ponerse en el lugar de otro personaje.
- ¡Motívala ayudándole a darse cuenta de que puede traer alegría o ayudar a otra persona!
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