Puntos clave:
- Las vacaciones de verano pueden dar lugar a disparidades educativas, con niños que carecen de oportunidades de aprendizaje enriquecedoras quedando rezagados con respecto a sus compañeros.
- Los esfuerzos para abordar este problema a menudo se centran en mejorar la educación de K-12, pero los niños pasan solo alrededor del 20% de su tiempo en el aula, lo que requiere soluciones más amplias.
- Intervenciones, como colocar carteles educativos en lugares como supermercados, pueden estimular las interacciones entre padres e hijos y mejorar las habilidades lingüísticas de los niños pequeños.
- Iniciativas como Urban Thinkscape crean oportunidades de aprendizaje atractivas en espacios públicos, fomentando habilidades espaciales y de función ejecutiva, al mismo tiempo que promueven conversaciones entre cuidadores y niños.
Cuando las vacaciones de verano llegan a su fin, los niños que no tuvieron acceso a oportunidades de crecimiento y desarrollo intelectual están en desventaja frente a aquellos niños que sí las tuvieron. Cabe mencionar que dichas habilidades no pueden ser recuperadas una vez que comienzan el año escolar y esta falta de oportunidades se acumula año tras año. Esto se suma a las disparidades educativas existentes en los diferentes grupos socioeconómicos, mismas que pueden ser observadas desde los 18 meses de edad.
Hay esfuerzos evidentes para solucionar esto. La mayoría se centran en la mejora de los sistemas educativos. Sin embargo, los niños solamente pasan alrededor del 20% de su tiempo dentro de las escuelas, lo que requiere una gama más amplia de soluciones.
El año pasado, se publicó un estudio relacionado a una intervención diseñada para apoyar las habilidades lingüísticas de los niños. Para dicha intervención, se planteó el objetivo de impulsar la interacción y diálogo entre padres e hijos en los lugares que visitan regularmente, como el supermercado. En dichos establecimientos, ubicados en zonas de nivel socio-económico medio, se integraron señalamientos que indicaban «preguntas para tu hijo». En la parte de enfrente de un cartón de leche, por ejemplo, se leía: “Vengo de la vaca, ¿qué más viene de la vaca?”. Estos señalamientos lograron incrementar significativamente la cantidad y calidad de las conversaciones entre adultos y niños menores de 8 años.
Este estudio trascendió a una idea mucho más grande sobre la creación de oportunidades para los niños alrededor del mundo, dando a los cuidadores y profesores el poder de eliminar desigualdades. El proyecto piloto Urban Thinkscape comenzó su intervención mediante la colocación de cinco instalaciones diferentes en espacios públicos denominadas Animation streetlights (alumbrado público animado), Puzzle Benches (mesas de rompecabezas), Jumping Feet (espacios para saltar), Stories (cuentos) y Hidden Figures (juego de figuras escondidas). Estas tenían el objetivo de estimular las habilidades espaciales y las funciones ejecutivas, y se crearon con objetivos de aprendizaje específicos, reflejando las mejores prácticas en investigación psicológica. Por otra parte, las familias tenían acceso a estas oportunidades de aprendizaje puesto que no debían viajar muy lejos o pagar para acceder a estos espacios e iniciar interacciones con sus hijos. Este proyecto evaluó elementos como la conversación entre padres y niños, y el uso de palabras espaciales y numéricas. Imagina el impacto que generan este tipo de oportunidades fascinantes que permiten mantener a los cuidadores y los niños alejados de sus celulares, y más bien inspiran innumerables conversaciones fomentando la curiosidad, la adquisición de vocabulario y la exploración de nuevas ideas.
Esta brillante idea, fuera de lo tradicional, aporta experiencias lúdicas para las familias que no tienen los recursos o los conocimientos para acceder a este tipo de oportunidades. Este proyecto busca llegar a otros espacios de la ciudad, tales como las salas de espera y lavanderías. Esta intervención revela aprendizajes importantes no solo para los niños, sino también para los educadores, planificadores urbanos y políticos. Las actividades en el contexto urbano aumentan las oportunidades de enriquecimiento y son accesibles a todos los ciudadanos, aunado a que son fundamentales para que los niños crezcan, aprendan, ganen confianza y se conviertan en adultos pensantes. Esta solución innovadora tiene el potencial de incrementar las habilidades académicas y espaciales en los niños, reduciendo así las brechas ya existentes en cuanto a preparación escolar y fomentando mejores resultados educativos y de vida. En una perspectiva más amplia, este desarrollo es esencial para construir riqueza familiar y salud en las comunidades que las rodean.
Kinedu es una intervención distinta, cuyo objetivo principal es mejorar la crianza de los hijos, proporcionándole a los padres actividades y conocimientos específicos sobre el desarrollo de su bebé para que puedan tener momentos de calidad juntos todos los días. Kinedu convierte momentos cotidianos del día a día en experiencias de desarrollo para los bebés, que de otra manera no serían aprovechados. Si queremos mejorar las oportunidades de los niños para alcanzar el éxito y construir comunidades vibrantes, la influencia más fuerte para el cambio no es intervención con los niños, sino en los comportamientos, creencias y actitudes de los adultos que interactúan con ellos.