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¿Qué debo buscar en las etiquetas de los alimentos?

Ahora que tu bebé está en camino, es hora de dejar atrás hábitos poco saludables y abrazar un estilo de vida más saludable. ¡Basta de caer en las trampas de las marcas! Aquí tienes algunos consejos para leer las etiquetas nutricionales como un profesional.

¿Por dónde empezamos? Dale la vuelta a ese paquete. Busca la etiqueta con la «información nutrimental», ahí está el secreto. Primero, fíjate en el tamaño de las porciones y cuántas vienen en el paquete. ¡No te dejes engañar, recuerda multiplicar todo por el número de porciones!

Las calorías también son importantes, pero tranquila, no te vuelvas loca contándolas todas. Piensa más en el contenido de nutrientes por porción, eso es lo que importa. Si algo tiene 400 calorías, mejor vuelve a dejarlo en el estante.

¿Grasas y azúcares? Sí, todos los odiamos, pero algunos son buenos amigos. Las grasas no saturadas de aguacates y aceite de oliva son ¡tus aliadas! Las grasas saturadas de alimentos como las carnes y lácteos es mejor consumirlas con moderación.

¡Alerta azúcar! 25 gramos diarios son tu límite. A veces, las marcas intentan disfrazarla, pero te aseguro que la encontrarás si te pones las pilas. ¡Recuerda que las frutas y lácteos no cuentan en este juego!

¿Fibra y sodio? ¡Claro que sí! Busca alimentos ricos en fibra, eso ayuda a que tu cuerpo esté contento y tu apetito controlado. Con el sodio hay que tener un poco de cuidado. Debes consumir menos de 1500 mg al día.

Y no te dejes engañar por esas vitaminas y minerales agregados. ¡Eso no convierte a una galleta en una ensalada, ni de broma!

¿Ingredientes? Mientras menos ingredientes, más saludable. Si ves una lista kilométrica, mejor huye de ese producto.

Recuerda, no todo es procesado. ¡Las frutas, verduras y carne magra son tus mejores aliados !

Así que, ¡a leer etiquetas y a llenar tu carrito de la compra con sabiduría! Tu bebé te lo agradecerá y tú te sentirás mucho mejor.

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