Hacer ejercicio es fundamental para conservar la salud física, mental y emocional. ¡Es como un combo de bienestar! Los beneficios del ejercicio son muchos, pero hay que asegurarse de hacer ejercicio de calidad. ¡No todo es cantidad! Puedes hacer mucho ejercicio, pero si no lo haces bien, no te beneficiará tanto. ¡Mejor un ejercicio bueno que muchos malos! Además, si te pasas de la raya y te esfuerzas de más, puedes terminar con una lesión.
Durante el embarazo, es importante tener cuidado con los ejercicios prolongados. La clave está en hacer pequeñas actividades constantes a lo largo del día, como esos pasitos de hormiga. La OMS nos dice que está permitido hacer ejercicio físico durante el embarazo, siempre y cuando no tengas contraindicaciones médicas específicas. Así que ¡a darle!
Se recomienda realizar actividades físicas de bajo impacto, como caminar a paso tranquilo, nadar, hacer yoga prenatal, pedalear en una bicicleta estática, o usar máquinas de ejercicios suaves. No hace falta romper récords olímpicos, lo importante es mantenerse activa y en forma. La OMS también sugiere que las futuras mamás hagan al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada por semana. Pero tranquila, no hace falta hacer todo de un tirón. Puedes dividir esos minutos en sesiones de al menos 10 minutos. ¡Un poquito cada día suma mucho!
Un último consejo: escucha a tu cuerpo, es como tu mejor amigo. Si sientes dolor, mareos, falta de aire o cualquier otro síntoma que te preocupe, para y busca atención médica de inmediato. ¡La seguridad siempre es lo primero!
Antes de lanzarte a hacer ejercicio, no olvides consultar con tu médico. Ellos son los expertos y podrán decirte si hay algún riesgo o contraindicación para ti.
Es mejor prevenir que lamentar. Así que, ¡a ejercitarse con responsabilidad! Tu cuerpo y tu bebé te lo agradecerán. ¡A lucir ese brillo y esa energía en tu embarazo!
